Vraja-līlā
<< 9 Necesito su guía >>

Permaneció silenciosa por un momento y luego dijo: “Tengo muchísimo respeto y aprecio por los otros maestros espirituales, ellos me han ayudado en mi vida espiritual y no dudo que me puedan ayudar ahora. Pero quiero oír personalmente las instrucciones finales de mi Guru Mahārāja, necesito que él esté aquí para enseñarme paso a paso. Tengo muchas cosas que preguntarle antes de partir, necesito su guía, de otro modo ¿cómo aprovecharé al máximo toda la fé que he desarrollado en él durante toda mi vida devocional?, él es mi corazón y alma y me comprende mejor que nadie”, luego se echó a llorar.

Había muchas devotas experimentadas alrededor de su lecho y comenzaron a predicarle, yo también traté de predicarle, mas nadie podía convencerla de que podía abandonar el cuerpo sin el estímulo final de su Guru Mahārāja, los devotos se fueron y ella lloró toda la noche, hasta las 7:00 a.m.

Cuando me aproximé a la cabecera por la mañana le dije: “¿quieres que cante las plegarias guru-astaka por ti?, me contestó que “sí”. Comencé, pero no le gustó la melodía o mi humor y comenzó a cantarlo ella misma con una voz quebrada, pero dulce, lo hizo de principio al fin, sin interrupción, con lágrimas fluyendo de sus ojos casi ciegos. Tenía mucho apego por su maestro espiritual.

A la mañana siguiente el doctor nos dijo que posiblemente no sobreviviría a ese día, por misericordia de Kṛṣṇa pudimos comunicarnos con mi Guru Mahārāja esa tarde y con la ayuda de mi hermana espiritual Vaiṣṇavī dāsī, le rogué que por favor viniera, estaba agotada y lloraba en el teléfono. Apelé a su misericordia, luego Śrīla Gurudeva contestó “estaré allá lo más pronto posible, dile a Vraja Līlā que iré”.

Corrí a la habitación de Vraja y le conté la buena noticia, ¡estaba tan feliz!, le dije que tenía que sobrevivir dos días más hasta la llegada de Śrīla Gurudeva. Le dije “ora a Kṛṣṇa por vivir unas cuantas horas más y verás a tu Guru Mahārāja, ¡prometió que vendrá!”, muchos devotos sintieron que Vraja Līlā sobrevivió unos días más tan sólo para poder ver a su maestro espiritual, lo esperó para poder dejar el cuerpo.

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