Vraja-līlā
<< 5 Orando por apego a su guru >>

Mientras vivió en Vṛndāvana siempre expresó el deseo de ahondar su relación con su maestro espiritual, con frecuencia alababa mi buena fortuna en el sentido de que ella había recibido sólo una carta de él, y yo muchas. Sugirió que debido a su falta de fé en él, Guru Mahārāja nunca le había escrito cartas personalmente a ella. Más siempre le recordé que él le había dado una misericordia especial por el hecho de darle primera y segunda iniciación tan rápido, así como por darle la instrucción de venir a Śrī Vṛndāvana-dhāma.

En Mayo de 1994, cuando los discípulos de Śrīla Gurudeva en Vṛndāvana celebraron su Vyāsa-pūja conmovió los corazones de todos con su sincera ofrenda:

«Querido Śrīla Gurudeva:

Me inclino ante sus divinos pies de loto con gran respeto y reverencia. Todas las glorias a usted.

Usted siempre me apoya con su misericordia. Este año permitiéndome venir a Vṛndāvana me ha dado la oportunidad de orar al Santo Dhāma, a Śrīla Prabhupāda y a Kṛṣṇa. Aquí he hallado a muchos vaiṣṇavas elevados, muy consagrados a las enseñanzas de Śrīla Prabhupāda. Estoy tratando de seguirlos en su devoción. Hace poco celebramos el día de la desaparición de Śrīla Prabhupāda, ese día pude observar la generosidad de sus discípulos; realicé que él vive eternamente. Ese festival que nos dió Śrīla Prabhupāda a nosotros, sus nietos espirituales, que nunca tuvimos la oportunidad de verlo. En ese día estuve pensando en usted, mi maestro espiritual, que dedica toda su vida a Śrīla Prabhupāda. Cuando el ācārya se va solo los discípulos débiles se enceguecen, aquellos que son fuertes hacen votos de seguir sus instrucciones, incluso más estrictamente. Recuerdo sus palabras: “Que Śrīla Prabhupāda nos bendiga para predicar su misión en todo el mundo”.

Usted tiene esta bendición, por lo tanto nunca está separado de él, dondequiera que esté usted le sirve todo el tiempo. Usted es su sirviente y le ofrece a él todo su corazón. No hay una posición más gloriosa que la suya. Ese día le oré a Śrīla Prabhupāda para que me permitiera obtener la misma fé firme en sus instrucciones, igual que la que usted tiene por las de Śrīla Prabhupāda. Siempre trataré de que sus instrucciones sean mi vida y alma. Me inspira pensar en los momentos en que tendré la oportunidad de su asociación directa, sirviéndolo personalmente. Entonces no querré estar separada de usted ni un solo momento, ni siquiera el aterrador pensamiento de la muerte podrá cortar el hilo que nos une.

Querido Gurudeva, le ruego por favor, bendígame otorgando sobre mí las cualidades de sus mejores discípulos que lo sirven con pureza. Hágame humilde de modo que el Santo Nombre venga y baile en mi corazón.

Ni siquiera estoy a mitad de camino de la meta deseada y el camino es difícil. Hoy le ruego por favor, libéreme de la lujuria, la codicia y la envidia, y de todo lo que me mantiene apartada de prestarle servicio devocional puro. Usted apareció en mi vida iluminándola y me capturó con su amor divino. Estoy eternamente en deuda con usted, mi querido amado y eterno padre, Śrīla Gurudeva.

Su sirvienta eterna.
Vraja Līlā dāsī
(Vṛndāvana)».

Mientras Vraja Līlā vivió en Vndavana extrañó mucho a su maestro espiritual, una vez en la clase del Śrīmad-Bhāgavatam escuchó que Vṛndāvana-dhāma es un lugar muy especial para orar por la misericordia del guru, puesto que el guru original, el Señor Balarāma, reside eternamente en Vṛndāvana. Esa mañana la escuché rezar sinceramente al Señor Balarāma para que aumentara su apego por su maestro espiritual.

En Rādhāṣṭamī, el 12 de Septiembre, tuvo la oportunidad de ir a los parikramas del Rādhā-kuṇḍa y de Varṣāna. Estaba muy feliz de poder ir a estos sitios divinos y a orar por misericordia. Asimismo estaba muy débil por las actividades del día anterior en Uñchogaon y mientras subía la colina de Varṣāna tuvo que ser sostenida por otras devotas, llegaron al Larily Lal mandira (el principal templo de Varṣāna) justo en el momento en que comenzaba el festival de Rādhārani y había una gran multitud. Vraja Līlā se dirigió hacia el altar y en cuanto llegó a él, vino el pūjārī con un gran plato de mahā-prasada, le dió a ella la primera porción ¡y de inmediato se vió rodeada por cientos de vrajavāsīs que deseaban la misericordia!, de alguna manera pudo escapar y distribuyó felizmente lo que quedaba entre todos los devotos del parikramā. Desafortunadamente y debido a su agotada condición se desmayó en el templo y debió ser llevada al autobús por las mujeres.

Al día siguiente y sin yo saberlo (aunque le había dado órdenes estrictas de descansar en la cama), llevó a los discípulos rusos de Gopala Kṛṣṇa Gosvāmī en parikramā a todos los principales templos de Vṛndāvana, yo estaba furiosa con ella y más tarde la regañé, sin embargo luego realicé que Vraja Līlā nunca quería perder la oportunidad de ir en parikramā. Ella era la persona apropiada para llevar a los devotos en parikramā, puesto que como ya dije antes, conocía muchos de los pasatiempos de los Santos Lugares del Dhāma.

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