Vraja-līlā
<< 14 Las últimas horas >>

Indradyumna Svāmī: Después de estas preguntas pidió dormir un poco, conduje un kīrtana muy suave y tuvo un sueño ligero alrededor de la 1:30 p.m. Muchos devotos dejaron la habitación en ese momento y solo quedamos unos tres o cuatro de nosotros. A las 2:00 p.m. se despertó y me miró, tenía una expresión que me indicó que quería mi estímulo, asentí con mi cabeza de un modo tal que supiera que todo estaba bien, luego puso su cabeza sobre la almohada y Gāndharvikā Giridhārī intentó darle un poquito de leche dulce con una cucharita. Gāndharvikā se sobresaltó cuando no pudo introducir la leche en la boca de Vraja Līlā, su mandíbula se había cerrado, Gāndharvikā me miró y dijo: “ésta no es una buena señal Śrīla Gurudeva, pienso que va a dejar el cuerpo muy pronto”.

De inmediato fui hacia la cama y comencé a cantar Hare Kṛṣṇa en su oído, Gāndharvikā le cantaba en el otro oído, Mānasī Gaṇgā se sentó en la cama directamente frente a Vraja Līlā y Gāndharvikā le llevó dos grandes fotos de Rādhā-Śyāmasundara para que las sostuviera frente a la cara de Vraja. Comenzaron a llegar otros devotos a la habitación y se unieron al kīrtana que estaba dirigiendo, de pronto noté que la respiración de Vraja Līlā se había acelerado mucho, un signo seguro de que la muerte se acercaba rápidamente. El kīrtana se hizo más intenso y continué alentándola: “escucha el canto Vraja, no tengas miedo, no tengas pánico, yo estoy aquí. Tan solo fija tu mente en los pies de loto de Kṛṣṇa, ¡canta Sus Santos Nombres!”, entonces Vraja comenzó a cantar, de vez en cuando sería atacada por el miedo debido a la naturaleza traumática del momento, entonces la llamaba de vuelta “¡vamos Vraja!, ¡canta los Santos Nombres!, ¡todas las glorias a Śrīla Prabhupāda!, ¡todas las glorias a Rādhā-Śyāmasundara!, ¡Hare Kṛṣṇa!” Entonces perdía el temor y comenzaba a cantar nuevamente, en un determinado momento Gāndharvikā se estiró para tomar una Govardhana-ṣilā del pequeño altar de Vraja Līlā que estaba al lado de la cama, sostuvo al Señor Girirāja justo enfrente del rostro de Vraja y Vraja lo miró intensamente con los ojos muy abiertos, miraba alternadamente su Govardhana-ṣilā y la foto de Rādhā-Śyāmasundara, a veces se esforzaba y tocaba las imágenes.

Al cabo de una hora y media estaba exhausto, pero sabía que tenía que seguir, el kīrtana aumentó de tono, fue más intenso. La respiración de Vraja se mantuvo acelerado, repentinamente todos pudimos percibir que se iría muy pronto. En ese momento había unos veinticinco devotos en la habitación y el kīrtana se convirtió en un solo sonido unificado “Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa...”, alguien me pasó un frasco con agua del Rādhā-kuṇḍa y coloqué un poco sobre su cabeza, repentinamente y por unos pocos instantes Vraja dejó de respirar, seguí cantando el mahā-mantra. Mientras contemplaba la fotografía de Rādhā-Śyāmasundara respiró cuatro veces más, muy profundo... y se fué, en ese preciso instante Gāndharvikā se desmayó y fue agarrada por un devoto mientras caía al piso.

El kīrtana continuó, le tomamos el pulso y le cerré sus párpados, en ese momento todos rompieron en llanto, llorábamos felices porque se fué en circunstancias tan auspiciosas, pero principalmente llorábamos por la cruda realidad de que ya no estaba presente. De repente el objeto de todo nuestro amor y devoción, Vraja Līlā dāsī, se había ido ese día.

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