Vraja-līlā
<< 10 Las cosas empeoran >>

Esa noche las cosas empeoraron, luchaba por respirar y el doctor sugirió darle oxígeno, pero era muy difícil hallar frascos de oxígeno, la mayoría de las tiendas estaban cerradas debido a las celebraciones de Durgā Pūjā. De un modo u otro, por gracia de Kṛṣṇa una hora más tarde un devoto trajo un frasco de oxígeno y tuvo su primer sueño tranquilo en días.

El frasco se terminó a las 5:00 p.m. del día siguiente, por fortuna alguien más adquirió dos frascos llenos en Agra, de modo que empleamos uno de los nuevos, pero el segundo frasco lleno fue llevado por un devoto que lo confundió con la primera botella usada, así que cuando el frasco que estaba usando se acabó a las 11:00 p.m. descubrimos con horror que “el de repuesto” ¡también estaba vacío!, sabíamos que si sobrevivía esa noche sería solo por su intenso deseo de ver a su maestro espiritual. Pasé toda la noche abanicándola y hablándole al oído, “Vraja, faltan solo 32 horas para que llegue Śrīla Gurudeva... faltan 30 horas... faltan 25 horas...”

Al día siguiente (12 de Octubre) a las 11:00 a.m. llegó una botella llena de oxígeno y pudo dormir todo ese día y esa noche, aunque a menudo se despertaba quejándose de dolor, colgué una nota en su puerta diciendo que no debía ser molestada, de modo que pudiera descansar antes de la llegada de su Guru Mahārāja.

Esperábamos la llegada de Śrīla Gurudeva alrededor de las 5:00 a.m. del 13 de Octubre, esa mañana me senté al lado de su cama y le hablé al oído –faltan cinco horas... faltan tres horas... faltan dos horas–. Cuando mi Guru Mahārāja finalmente entró en la habitación a las 7:00. a.m. sentí que el peso de todo el mundo había sido liberado de mis hombros.

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