Diario de un predicador viajero
<< Vol III 18 de Enero al 16 de Septiembre del 2001 >>
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Llegamos temprano por la mañana a la estación del tren de Krasnoyarsk para tomar nuestro tren a Irkutsk, un viaje de 24 horas hacia el este de Siberia, la obscura noche y la helada temperatura combinada con la falta de luces en la plataforma hacían de la misma un lugar escalofriante, mientras estábamos allí viejas bocinas sonaban estrepitosamente dando impetuosas instrucciones a los pasajeros que esperaban el tren, las personas se movían rápido a través del aire frío, nadie sonreía y muy pocos conversaban, la estación era vieja no había cambiado mucho desde que la contruyeron, podía haber sido fácilmente una escena de los 40's. Luego de un rato de espera nuestro anticuado tren ingresó pesadamente a la estación y lo abordamos, los devotos nuevamente nos reservaron amablemente compartimentos de primera clase, estaban bien, pero las pulgas de primera clase fueron las que disfrutaron inmensamente de mi compañía, compartíamos un interés en común, mi cuerpo, a medida que el día avanzaba y al ser mayoría en número se convirtieron en las reales dueñas de mi cuerpo.

Desde temprano en la mañana hasta la noche trabajé en mi correspondencia, por un golpe del destino mi compartimiento tenía un contacto eléctrico que funcionaba y pude conectar mi computadora, trabajé diligentemente respondiendo las 132 cartas que estaban en mi buzón de entrada, ya cerca de las 11:00 pm había contestado exitosamente todas las cartas, lo consideré un gran logro ya que había estado trabajando en estas cartas desde Noviembre.

Cuando caí dormido tuve otro sueño interesante, alcancé a oír la conversación de unos ladrones que habían escondido un baúl lleno de joyas valiosas, al día siguiente me aventuré con muchos devotos al bosque para encontrarlo, allí me encontraba junto a Vara-nayak y a Gaurāṅgi dāsi, cruzamos hacia una casa abandonada y entramos, fisgoneé a través de las tablillas y ví un gran baúl de joyas (el sueño era a todo color) alzamos las joyas y quedamos asombrados con los collares de perlas, esmeraldas y rubíes, Gaurāṅgi dijo que nunca más deberíamos preocuparnos por reunir fondos para el festival polaco, que tomáramos el tesoro y saliéramos corriendo, pero Vara-nāyaka dijo que eso podría ser peligroso, los ladrones podían encontrarnos, para la sorpresa de Gaurāṅgi cerré el baúl y dije: No asumiremos el riesgo entonces desperté.

A medida que el tren avanzaba por la campiña siberiana pensaba sobre mi sueño acostado en mi litera, tal vez lo tuve debido a la presión que tengo por reunir los fondos para el festival que se lleva a cabo durante 5 meses del año, una discípula, Rasamayi dāsi y yo somos los únicos que colectamos, es otra responsabilidad más aparte de ser un predicador viajero.

Arribamos a Irkutsk a las 2:00 am había un grupo de devotos esperándonos, no especulé por qué no estaban cantando ¡el letrero de neón marcaba -32º!

Unos hombres entraron al compartimiento, tomaron nuestro equipaje y nos ayudaron a bajar del tren, mientras manejábamos a una casa fuera de la ciudad les pregunté qué era lo que hacía famosa a Irkutsk, sonrieron y respondieron al unísono: ¡El clima frío!, me comentaron que unos días atrás había estado a –54º, les pregunté que se siente al estar en un frío así y me dijeron que es tan extremo que las personas deben tomar precauciones especiales, cuando uno camina afuera se debe tener especial cuidado con los ojos ya que pueden ser fácilmente dañados por el frío, la piel expuesta comienza a sangrar, incluso se debe ser cuidadoso al caminar por el bosque ¡ya que las ramas de los árboles explotan!, la gente ha aprendido el arte de la supervivencia, las casas tienen tres capas de cristal en las ventanas, además tienen túneles subterráneos a la casa del vecino o a la de un amigo para evitar así el frío extremo, cuando comienza tal frío toda la ciudad se cierra, el transporte público no funciona, las personas no van a trabajar y los chicos no van al colegio.

Estamos a sólo 200 km de Mongolia, como es un lugar que nunca he visitado, les pregunté a los hombres si sería posible ir a predicar, me dijeron que sería posible, pero que se requiere una visa especial y que Laksmi Narayana Prabhu, el secretario regional en Siberia, recientemente fue e hizo varios devotos.

Arribamos a la casa de Bhakta André, una hermosa casa justo a las afueras de la ciudad, él es un hombre de negocios exitoso y un miembro activo del yatra local, cuando entramos me senté y platicamos con algunos de los devotos, aunque eran las 4:00 am, en un determinado momento de la conversación trajeron ansiosamente a mi discípulo, Guṇa Avatār dāsa, que había ganado recientemente el Maratón de Navidad, obviamente se sentían orgullosos de él y con todo derecho, ya que él sólo había distribuido más de 500 libros grandes en las calles de Irkutsk bajo tales condiciones invernales, le agradecí por su servicio y hablé con los muchachos sobre las glorias de la distribución de libros, les mencioné que yo mismo había distribuido libros casi por 10 años y que si tuviera la oportunidad volvería felizmente a realizar tal servicio de tiempo completo.

Guṇa Avatār parecía ser de origen esquimal, nos estábamos aproximando a la costa de Rusia cerca de Japón, hacia el norte es donde viven las tribus esquimales, ellos han perfeccionado el arte de vivir en estas tierras heladas, las cabañas de hielo son bien conocidas en todo el mundo, mas tarde al anocher Uttamaśloka me dijo que uno de los discípulos de Prabhaviṣṇu Mahārāja, Vicitravirya dāsa, proviene de las tribus esquimales. Su tribu local lo seleccionó como el mejor candidato para mandarlo a la gran ciudad para ser educado con el objetivo de que un día retornara a la tribu para ayudarla, recolectaron fondos durante años y cuando cumplió 18 lo enviaron a Vladivostok para que asistiera a la universidad, él era la dicha, el orgullo y la esperanza de la tribu, pero tan pronto llegó a Vladivostok se encontró con los devotos y se unió al movimiento, eventualmente volvió a visitar a su tribu en dhoti y con tilak, fue una gran sorpresa para su gente, pero con la prédica ellos apreciaron su nueva fe.

Nos acostamos a las 5:00 am y nos levantamos a las 8:00 am para realizar nuestro sadhana, luego tomamos un descaso extra y a las 3:00 pm nos dirigimos al salón para el programa en Irkutsk con los devotos locales, en el camino de la casa de Bhakta André hacia el centro pasamos por el lago Baikal, la Perla de Siberia, con una profundidad de unos 10 km es el lago de agua dulce más profundo del mundo, se trata de un punto turístico de Siberia pero no me pude hacer una idea de qué es lo que atrae a las personas a este lugar, ¡lo único que pudimos ver fue agua congelada cubierta por metros de nieve! ¡Una de las cosas que si atrajo mi atención fue el número de automóviles sobre el lago!, el clima es tan frío aquí que uno puede hasta estacionar su coche sobre él, las personas hacen un agujero en el hielo y pescan a través del hielo, los devotos me contaron que durante la primavera de cada año muchos autos con los pescadores adentro se hunden en el lago cuando el hielo se ablanda, esto es lo que yo llamaría karma instantáneo.

Ya entrando a la ciudad pasamos por muchas áreas de casas de madera de más de 200 años, muchas de estas casas tienen intrincados trabajos sobre la madera en su frente, una opulencia que es raramente vista en Rusia, durante la era comunista cuando fueron construidos muchos de los edificios la regla era hacer todo lo más modestamente posible.

Cuando llegamos al salón una vez más fui tomado por sorpresa por el gran número de devotos que nos estaban esperando, se encontraban reunidos más de 400 devotos, algunos de ellos habían viajado 1200 km para asistir al programa, como Jananivāsa había notado que había muchos intelectuales en las clases decidí hablar sobre la base científica de la Conciencia de Kṛṣṇa. Uno por uno cité los argumentos de Śrīla Prabhupāda sobre la existencia del alma enfatizando que la vida proviene de la vida, también hablé sobre la existencia de Dios y el origen del universo, las ideas venían fácilmente y los versos sánscritos fluían de mí, estableciendo a Kṛṣṇa como la fuente de todo dije que nosotros como Sus partes y porciones tenemos el compromiso de servirlo, concluí la clase a mi manera favorita, glorificando los Santos Nombres como la manera mas sencilla y sublime de entender al Creador Supremo, Dios. Al final de la clase la audiencia aplaudió.

Inspirado por haber escuchado las glorias del Santo Nombre Śrī Prahlāda dirigió uno de los mejores kīrtans que haya escuchado de él, comenzó lentamente transformando gradualmente el mismo en uno extático, creciendo a través de sus hermosas melodías, los devotos estaban en éxtasis, en particular noté a una pequeña niña de 10 años vestida de azul cantando con mucho entusiasmo, inicialmente ya había atraído mi atención porque se sentó durante toda mi clase sin moverse escuchando cada palabra, cuando el kīrtana comenzó cerró sus ojos y cantó atentamente, cada vez que la miraba se encontraba totalmente absorta en el kīrtana, luego de una media hora quedé sorprendido al ver como corrían las lágrimas por sus mejillas y como cantaba con un obvio sentimiento pensé para mis adentros: Tal vez se trate tan solo de una niña sentimental, pero comencé a dudar de mi primer juicio cuando ví que permaneció durante las dos horas del kīrtana cantando desde el corazón y cuando el kīrtana alcanzó su punto culminante, sus brazos se encontraban alzados, sus ojos llorosos miraban al cielo y cantaba con abandono.

Al final pensé: ¿Quién es esta pequeña niña, un semidiós de algún planeta superior?

Niña pequeña vestida de azul
Un día quisiera ser como tú
Llorar mientras cante los Santos Nombres
Olvidando todo renombre y fama

Te ví desde el primer momento
Cantando con amor desde tu corazón
Durante horas permaneciste igual
Totalmente absorta en los Santos Nombres del Señor

¿Por qué no puedo llorar cuando canto?
¿Por qué no levanto mis brazos tal como tú?
La respuesta debe de ser mi falta de entrega
La verdad debe de ser que soy un aparentador

Pero viendo como tus lágrimas corren por tu cara
Una vez más la fe vuelve a mí
Que los Santos Nombres son todo lo que tienen que ser
Que los Santos Nombres pueden salvarme incluso a mí

Niña pequeña vestida de azul
Ruego que algún día pueda ser como tú
Con lágrimas en mis ojos y mis brazos alzados al cielo
Cantando con amor, cantando con bendición

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