Diario de un predicador viajero
<< Vol III 18 de Enero al 16 de Septiembre del 2001 >>
<< 4 El Señor Caitanya y Śrīla Prabhupāda tienen sus propios planes para un movimiento a nivel global >>

Durante la noche me la pasé dando tumbos, incapaz de conseguir un descanso apropiado mientras nuestro tren hacía su camino a través de las campiñas de Siberia, me desperté varias veces y miré por la ventana, aunque había una oscuridad total, la nieve blanca actuaba como un contraste que parecía verter una luz sobre un escenario de invierno totalmente congelado, a veces pasábamos por villas, y podía ver lucecitas que provenían de las cabañas de madera, nuestro Express Trans-Siberiano paraba en las ciudades más grandes para que los pasajeros pudieran abordar, en varias oportunidades pude ver perros en las plataforma buscando alimentos, también tenían gruesos y lanudos abrigos de piel, me preguntaba como podían sobrevivir a un frío tan encarnizado, todo el que se encontrara afuera se movía rápidamente de un lugar a otro incapaces de sobrellevar la miseria.

En un sentido el paisaje que pasaba se veía muy hermoso, ésta es la manera en que trabaja Māyā, parece atractiva pero en esencia esta allí para hacernos sufrir. El Señor Śiva es llamado Rudra y su esposa Durga es quien se encuentra a cargo de la prisión llamada la existencia material, a veces se la conoce como Rudrani que significa: Quien te hace llorar por siempre, una vez el secretario de Śrīla Prabhupāda le sugirió que debería tomar un merecido descanso en un chalet en las nevadas montañas de Suiza, después de pasar sólo algunos días allí en Diciembre Śrīla Prabhupāda se quería ir refiriéndose al lugar como un infierno blanco [de nieve].

Al mediodía nuestro tren se estacionó en la estación de Krsnoyarsk, a los pocos momentos un hombre de constitución corporal fuerte en sus cuarenta y tantos se encontraba en la puerta de mi compartimiento, ofreciendo reverencias en el pasillo dijo en voz alta: ¡Śrīla Gurudeva, bienvenido a Krsniyarsk!

Se identificó como mi discípulo, Guru Vrata dāsa, presidente del templo local, en minutos sus hombres habían asegurado todo nuestro equipaje y lo tenían pulcramente alineado afuera en la plataforma, entonces nos dirigió a Śrī Prahlāda, a Rukmiṇī, a Uttamaśloka, a Jananivāsa, a las cuatro madres que nos acompañaban y a mí hacía los vehículos que esperaban por nosotros fuera de las estación, llegando allí nos encontramos con 4 autos estacionados en línea, completando la escena 4 choferes parados atentamente en las puertas, ¡en segundos nuestros equipaje estaba cargado en el baúl del auto y ya nos habíamos ido! Todo el proceso había parecido un procedimiento militar muy bien planificado.

Este incidente me recordó el significado del verso 30 del capítulo tres del Bhagavad-gītā donde Śrīla Prabhupāda dice:

Este verso indica claramente el propósito del Bhagavad-gītā: El Señor instruye que uno debe hacerse plenamente consciente de Kṛṣṇa para ejecutar sus deberes, como en la disciplina militar.

En el auto le pregunté a Guru Vrata si había estado en el ejército, sonrió y me respondió con un sonoro ¡sí!

También dijo que había sido el conductor personal y asistente del comandante de su batallón, ¡eso explicaba su precisión militar para recoger a las tropas en la estación del tren! Arribamos al departamento y luego de una ducha rápida y unos pocos momentos de escribir este diario nos encontrábamos en nuestro camino hacia un gran programa en el salón, sobre la marcha le pregunté a Guru Vrata sobre la ciudad de Krasnoyarsk y sobre nuestra prédica allí, me dijo que la ciudad se encuentra en medio de Siberia y tiene más de un millón de habitantes, el templo sólo tiene veinte devotos pero una congregación muy grande y activa, hay más de veinte centros de nāma-haṭṭa, Guru Vrata elogió al secretario regional del área, Laksmi Narayana Das, un discípulo de Nirajana Svāmī, por el éxito de la prédica global en la región, Laksmi Narayana Prabhu ha hecho muchos devotos debido a que viaja dando seminarios sobre la Conciencia de Kṛṣṇa, cuando entramos al salón pude ver de primera mano los resultados de sus esfuerzos: ¡Había mas de quinientos bienaventurados devotos esperándonos!

No estaba preparado para tal increíble escena, el salón en sí mismo era bastante brillante y hermoso según los estándares rusos, pero la verdadera luz provenía de los refulgentes devotos, recuerdo la historia cuando Śrīla Prabhupāda estaba caminando de un lado a otro en la calle de Londres y un policía agarró el brazo de uno de sus discípulos y le dijo: ¡Mira, ese hombre está resplandeciendo!

A medida que procedíamos al escenario los devotos hacían una clara reverencia cuando pasaba, me sentía descalificado para recibir tal respeto y me vino a la mente una escena similar que ví en una foto donde Śrīla Prabhupāda está caminando hacia el templo y los devotos están ofreciendo sus respetuosas reverencias desde todos los ángulos.

En mi mente pensé: Śrīla Prabhupāda, ellos son todos hijos tuyos, permítame ayudarlos llevándolos a sus pies de loto.

De pronto me encontraba arriba del escenario hablando sobre Śrīla Prabhupāda y su visita a Moscú a principios de los 70's de cómo y sólo por su gracia la Conciencia de Kṛṣṇa había encontrado un gran éxito en Rusia, le relaté a la audiencia como yo mismo había venido varias veces a Rusia en los 80's disfrazado para predicar en Moscú, en aquellos días sólo había unos cincuenta devotos y nunca imaginé que el movimiento creciera tanto considerando la severa represión que estábamos experimentando bajo el gobierno comunista en esos tiempos.

Brahmānanda Prabhu en una ocasión dijo que cuando él era un devoto del primer centro de ISKCON en el número 26 de la 2ª avenida en Nueva York ¡que nunca se había imaginado que la Conciencia de Kṛṣṇa iría más allá de los límites del Bowery!, pero el Señor Caitanya y Śrīla Prabhupāda tienen sus propios planes para un movimiento a nivel global y así fue como encontré a más de quinientos devotos haciendo reverencias en las profundidades de las campiñas siberianas.

Tuvimos un kīrtana y dí una clase sobre las glorias del Señor Caitanya y el Santo Nombre, me sentí feliz con la clase, pero luego Jananivāsa destacó que muchas de la personas en la audiencia parecían ser intelectuales, pienso que estaba indicando que la clase podría haber sido más profunda para ellos, el otro día cuando le pregunté a Uttamaloka si las clases que yo daba podrían ser comprensibles para otra audiencia también me remarcó que mis clases son generalmente simples.

No lo dijo en un tono despreciativo, pero luego de escuchar de dos de mis discípulos de que mi prédica era simple me sentí un poco incómodo, la realidad es que nunca he sido un intelectual y tampoco soy tan avanzado como para poder dar clases como Bhakti Cāru Mahārāja o Rādhānatha Svāmī, por lo general pareciera que los devotos están felices con mis clases pero tomo las afirmaciones de Uttamaśloka y Jananivāsa como que vienen del Señor mismo y tomé la determinación de estudiar con más ahínco para poder convertirme en un mejor orador, también debo esforzarme para volverme más puro porque ésta es la verdadera potencia detrás de la prédica, si nosotros estamos cubiertos con deseos materiales entonces ciertamente el mensaje del Señor no parecerá tan atractivo cuando provenga de nosotros.

Śrīla Prabhupāda por favor ayúdeme a volverme calificado, ¡el viajar y el predicar son mis principales servicios para usted!









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