Diario de un predicador viajero
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Arribamos a Detroit, Michigan el 7 de Abril, varias semanas atrás cuando visité San Francisco donde mis padres me criaron, experimenté unos pocos momentos de nostalgia al ver los lugares donde había crecido pero me controlé reflexionando que dado que estoy en este mundo material ya he llamado hogar a tantos lugares, así como también he llamado madre y padre a millones, sin embargo la vida actual es la más importante porque me he encontrado con mi maestro espiritual, mi padre eterno, quien me está dirigiendo directamente a casa, de vuelta al mundo espiritual.

janame janame saba pitamata paya
Kṛṣṇa guru nahe mile bhaja hari ei

Nacimiento tras nacimiento uno recibe una madre y un padre, pero si uno recibe la bendición del guru y Kṛṣṇa, entonces conquista la energía material y regresa a Dios por medio de la adoración del Señor.

[Śrīla Prabhupāda, Teheran, 1976]

A medida que entrábamos a Detroit otro tipo de nostalgia me invadió, aquí fue donde ví a Śrīla Prabhupāda por primera vez, pasamos frente al viejo templo en el 8311 de la calle East Jefferson y esto me trajo muchas emociones que no intenté refrenar, para mí el templo es un lugar de peregrinaje habiendo sido bendecido por los pies de loto de un devoto puro.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura dice en una canción Śaraṇāgati 31.3:

gaura āmāra, ye saba sthāne,
karala bhramaṇa raṅge
se-saba sthāna, heriba āmi,
praṇayi-bhakata-saṅge

Que pueda visitar todos los lugares sagrados relacionados con los līlās del Señor Caitanya y Sus devotos". El devoto debe esmerarse en visitar los lugares en que Śrī Caitanya Mahāprabhu llevó a cabo Sus pasatiempos. En verdad, los devotos puros de Śrī Caitanya Mahāprabhu desean visitar los lugares que Él visitó aunque sólo fuese unas horas o unos minutos.

[Śrī Caitanya Caritāmṛta, Antya 4.211 significado]

Después de ubicarnos en la casa de un devoto visitamos el templo actual de Detroit, la histórica mansión fue construida originalmente en 1928 por Lawrence P. Fisher, el gerente general de Cadillac Motors a un costo de más de 2 millones de dólares, en 1976 por la solicitud de Śrīla Prabhupāda dos de sus discípulos, Ambarish dāsa y Lekasravanti dāsi compraron la deteriorada propiedad por $300,000.oo USD, Śrīla Prabhupāda pidió que la casa quedara restablecida a su esplendor original, abierta al público y convertida en un centro cultural Védico. Al principio los devotos estaban aprensivos porque el edificio había sido construido en una zona rica y prestigiosa de Detroit, pero a través del tiempo el vecindario había decaído y ahora estaba lleno de crimen, pero Śrīla Prabhupāda les pidió a los devotos que no se preocuparan ya que el área en el futuro volvería a ser prestigiosa debido a la presencia del Señor Supremo en Su templo, llegando al templo pude observar que la visión perfecta de Śrīla Prabhupāda se había hecho realidad, en estos años el área había sido limpiada y se están construyendo complejos de viviendas y condominios a tan solo unos metros del templo.

Es cierto que el templo es grande, espacioso y fuera de cualquier estándar, pero como muchos templos que he visitado en Estados Unidos es habitado por unos cuantos devotos, usualmente reflexiono en mis viajes a Norteamérica, nuestro movimiento debe repensar su estrategia de prédica, sin comprometer su tradición en orden de predicar efectivamente las enseñanzas védicas, muchos templos al parecer siguen en los 70's, nuestra fórmula básica siempre será la misma: Cantar los Santos Nombres, distribuir libros y prasadam, así como abrir templos y granjas donde la gente pueda apreciar la antigua cultura védica, pero debemos asegurarnos de aplicar nuevas técnicas de mercadeo para estar a tono con la sociedad moderna, Śrīla Prabhupāda mismo era moderno en la presentación de la Conciencia de Kṛṣṇa en los 60's y 70's y nos dió pie para hacerlo cuando dijo: Expriman sus cerebros para lograr diseminar este movimiento.

El arte de predicar es presentar el viejo vino en una botella nueva sin sacrificar la tradición.

Devoto: Había un póster en la pared, éste decía que están abriendo una gran exhibición de libros rusos en Punjab.
Prabhupāda: Entonces, ¿por qué no exhibimos nuestros libros también?, convirtámoslo en una competición.
Devoto: Ellos dicen que esta filosofía es muy antigua.
Prabhupāda: Si. Estamos entregando un viejo vino en una botella nueva, es viejo [pero] los jóvenes occidentales la están tomando.

[Caminata matutina - 29 de Noviembre de 1975]

Tuvimos una gran procesión de harinama en la Universidad de Michigan Ann Arbor, al mismo tiempo que los estudiantes estaban protestando por las leyes contra el consumo de la marihuana, cuando llegamos allí había miles de estudiantes en la plaza principal del campus con sus pancartas, eslogans y agrediendo a la policía que estaba allí para mantener la paz, la situación era bastante tensa aunque la policía estaba demostrando autocontrol, ocasionalmente arrestaba a un alumno que se sobrepasaba, nos ubicamos cerca de la plaza y tan pronto como comenzamos a cantar, la atmósfera cambió, el kīrtana creó una atmósfera festiva y muchos chicos se acercaron para sentarse y cantar con nosotros, después de un rato de canto yendo y viniendo con la multitud la gente comenzó a relajarse, quedé maravillado por la potencia de los Santos Nombres, la situación tensa se había despejado casi inmediatamente, en Kali-yuga la atmósfera siempre está cargada de riña e hipocresía, una vez Śrīla Prabhupāda fue a la corte en Calcuta para firmar un documento, ya en la sala volteó hacia uno de sus discípulos y apuntando hacia arriba le dijo que el éter en el lugar estaba contaminado por las mentiras de tantos abogados, le pidió a los devotos que comenzaran a cantar Hare Kṛṣṇa y después de un breve periodo de tiempo dijo: Muy bien ya se ha purificado todo.

El domingo por la tarde sucedió algo de lo más maravilloso: Justo había finalizado de dar la clase del festival del domingo con más de 300 invitados en la salón del templo, nos salimos al patio para honrar el prasadam, unos pocos devotos se quedaron en el salón del templo para terminar con sus rondas, cuando de repente un hombre mayor se acercó al Vyasasana de Śrīla Prabhupāda, respetuosamente se paró frente a Śrīla Prabhupāda hablándole suavemente por varios minutos, después de un rato entendió que estaba parado frente a un murti y comenzó a llorar, entonces se le acercó un devoto que le preguntó si todo estaba bien.

Visitante: ¿Él no está aquí, no es cierto?
Devoto: ¿Usted dice Śrīla Prabhupāda?
Visitante: Sí, el Svāmī respondió el hombre.
Devoto: No, respondió el devoto, él dejó el cuerpo en 1977.
Más lágrimas cayeron de los ojos del hombre mientras decía: Él me mostró el amor verdadero, sintiendo compasión por el hombre el devoto le pidió que saliera y me conociera, yo estaba sentado sobre el césped al frente con algunos invitados cuando llegaron los dos y se sentaron frente a mí, pude apreciar que el hombre había estado llorando, el devoto me contó que el hombre había intentado hablar con Śrīla Prabhupāda en el salón templo.
IS: ¿Conoció a Śrīla Prabhupāda?
Visitante: Sí, lo conocí cuando tenía 15 años, un día estaba caminando por el Lower East Side de Nueva York cuando lo ví sentado y cantando con algunos de sus seguidores en el Parque Tompkins Square, caminé alrededor y el Svāmī me invitó a tomar asiento justo al lado de él, me senté por mucho tiempo, había algo especial en la manera en que cantaba, aunque su voz era muy suave se le podía oír desde la distancia, estaba cantandole a Dios, después me preguntó mi nombre y juzgándome por mi intoxicada apariencia me dijo que estaba en el camino incorrecto, me pidió que lo fuera a visitar a su centro.
IS: ¿Y usted fue?
Visitante: Sí, fui varias veces, era un local llamado Matchless Gifts, era fácil de encontrar debido a que uno podía oler el incienso desde una cuadra de distancia, todas las noches el Svāmī daba clases, a menudo había mucha gente allí pero aunque hubiera una o dos personas daba la clase de todas formas, recuerdo una vez que no llegó nadie, había unos cuantos borrachos en frente de la puerta, entonces el Svāmī le pidió a sus seguidores que fueran a la calle y los trajeran para la clase, un chico llamado Keith le dijo al Svāmī que ellos no podrían entender ni una palabra, pero el Svāmī le contestó: ‘El alma si escuchará,' entonces los chicos salieron y trajeron a seis o siete de esos hombres, un par de ellos estaban tan intoxicados que tan pronto como los sentaron y se apoyaron contra la pared quedaron inconscientes, los seguidores del Svāmī se reunieron y él dió la clase, después los jóvenes tomaron a los borrachos y los sacaron, difícilmente supieron que pasó, pero todos sabíamos que habían sido bendecidos.
Algunas veces el Svāmī cocinaba personalmente y servía los alimentos, había algo especial en la manera con la que cocinaba, cuando él era quien cocinaba llegaban muchas personas, era muy popular en el barrio, había varios así llamados gurus de la India en Nueva York, pero todos en el Lower East Side sabían que el Svāmī era genuino porque no deseaba ni fama ni dinero, todos sabíamos que Dios tomaba cuidado de él porque no tenía nada de dinero, algunas veces Allen Ginsburg solía llegar al local y le daba una gran donación, tuve varios intercambios con el Svāmī, una vez estaba ayudando en la cocina y me mostró como hacer el pan plano como en la India, otra vez me mostró como tocar los címbalos de mano, algunas veces solía preguntarle cosas después de las clases y un día me pidió conocer a mi madre, pero ella no vendría al Lower East Side.
Estuve allí cuando Keith se afeitó su cabeza y luego ví como el Svāmī colocaba las marcas en su cuerpo explicando que el cuerpo era un templo de Dios, lo que pasaba con el Swami era que siempre se le podía abordar, su puerta siempre estaba abierta, debido a que yo era nuevo me daba nervios subir a su departamento, pero me gustaba sentarme en el pequeño patio debajo de su cuarto y escuchar como escribía a máquina ¿puede creerlo? Amaba escuchar cómo escribía a máquina, había algo místico en la forma como lo hacía, mi madre era secretaria y acostumbraba traer trabajo para escribir a máquina a casa y solía ponerme loco, pero cuando el Svāmī escribía me cautivaba, creo que era porque escribía para Dios, él hacía todo por Dios, de hecho mientras vivía en el Matchless Gifts toda la atmósfera en el Lower East Side hablaba de Dios, pero cuando partió todo cambió y la gente volvió a sus viejos hábitos, pero yo no lo olvidé, aunque era joven e ingenuo tomó cuidado de mí, me mostró el verdadero amor, de hecho he buscado este amor por el resto de mi vida, no lo he encontrado en ningún otro lado, ni en mis familiares ni amigos.
Recientemente perdí a mi esposa, luego mi trabajo y hogar, todo, desde entonces he estado orando a Dios para que me llevara con el Svāmī nuevamente, es muy increíble, sólo lo conocí por un corto periodo pero cada vez que lo recuerdo lo veo como la persona más importante de mi vida, esta mañana me dirigí a una tienda de libros usados, tenía 50 centavos en mis bolsillos, le pregunté al hombre que atendía si tenía algún libro por esa cantidad y señaló una repisa, tomé un libro llamado Sólo él podía guiarlos y salí de allí para leerlo en la calle, ¡hombre, grande fue mi sorpresa cuando ví que era sobre el Svāmī! Sentía que Dios había dado respuesta a mis plegarias, encontré la dirección del templo en una tarjeta dentro del libro, me llevó todo el día llegar hasta aquí, cuando entré le pregunté a alguien dónde estaba el Svāmī, me contestó que justo había terminado de dar una clase en el salón del templo por lo que entré corriendo ¡y lo ví sentado en ese gran asiento! ¡Me encontraba tan feliz! Me acerqué y le agradecí por todo lo que había hecho por mí, pero cuando le pregunté si me recordaba no respondió, me acerqué aún más y pude ver que sólo era una estatua, entonces su amigo me dijo que el Svāmī había muerto, ahora no sé que hacer.
Me quedé sin palabras, después de unos momentos le dije que podría encontrar ese amor que estaba buscando asociándose con los seguidores de Śrīla Prabhupāda.
Visitante: Sí, estoy seguro que esto es verdad, entonces sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente y dijo: ¿pero cómo vivir sin él? Se paró y caminó lentamente hacia la puerta principal, voltió nos miró una vez más y se fue.

tulayāma lavenāpi
na svargaṁ nāpunar bhavam
bhagavat saṅgi saṅgasya
martyānāṁ kim utāśiṣaḥ

El valor de tener por un momento la asociación del devoto del Señor ni siquiera se puede comparar con el hecho de alcanzar los planetas celestiales ni con liberarse de la materia, y ni qué hablar de compararlo con bendiciones mundanas en la forma de prosperidad material, que son para aquellos que están destinados a morir.

[Śrīmad Bhāgavatam 1.18.13]















































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