Diario de un predicador viajero
<< Vol III 18 de Enero al 16 de Septiembre del 2001 >>
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El 29 de marzo Dvijamani dāsa, un discípulo de Ravindra Svarūpa Prabhu, nos recogió en Nueva York para trasladarnos a Filadelfia, Dvijamani Prabhu conoce sánscrito y está bien versado en muchas escrituras védicas, cuando comenzamos nuestro viaje de tres horas pude darme cuenta que mientras manejaba estaba memorizando versos del Vedantra-sutra los cuales había escrito en pequeñas tarjetas, tenía unas cinco o seis que estaban distribuidas sobre su regazo a las cuales miraba con frecuencia quitando su visión sobre la carretera, me encontraba nervioso ya que no estaba prestando la suficiente atención en su conducción y para cuando frenó bruscamente debido a que un auto frente a nosotros había disminuido la velocidad, le pedí que guardara sus tarjetas y pusiera completa atención en la carretera, ésta es una de las austeridades de ser un predicador viajero que depende de otros para el servicio, tal vez estas personas no tengan la experiencia apropiada ó no están cualificados para actividades como manejar, cocinar, organización de itinerarios, etc. Puedo tolerar discrepancias en la mayoría de estas cosas, pero siempre llamo la atención cuando una persona que me esta llevando en auto no presta la atención necesaria a su servicio, he detectado que los devotos en general manejan muy rápido e imprudentemente, usualmente sin haber descansado apropiadamente, es una fórmula para el desastre, pareciera que uno se vuelve naturalmente más cuidadoso con la edad, Theodore Roosevelt una vez dijo: Nueve décimas de sabiduría consiste en ser juicioso a tiempo.

Pero mi adherencia a las reglas de seguridad en el manejo ha sido en parte a que he estado involucrado en algunos accidentes automovilísticos serios durante los años, la inesperada conmoción de ser golpeado por otro vehículo, el vidrio volando, el sonido del metal doblándose y los gritos de los heridos me han convertido en un conductor serio, tal como dice el dicho: Gato escaldado del agua fría huye, a veces la experiencia personal es un sabio maestro.

rutiḥ pratyakam aitihyam
anumānam catuṣṭayam
pramāṇeṣv anavāsthānad
vikalpāt sa virajyate

A partir de los cuatro tipos de evidencia: El conocimiento Védico, la experiencia directa, la sabiduría tradicional y la inducción lógica, se puede entender la temporal e insustancial situación del mundo material, mediante el cual uno se vuelve desapegado de la dualidad de este mundo.

Śrīmad Bhāgavatam 11.19.17

Dvijamani manejó apropiadamente el resto del camino y llegamos a salvo al templo de Filadelfia al atardecer, el templo está constituido por dos edificios viejos unidos por la terraza, uno de ellos fue una vez una cabaña de cazadores construida en 1850 en las afueras de la pequeña ciudad llamada Filadelfia, como la ciudad se expandío se construyó un hotel cerca de la cabaña en 1910 y más tarde las dos fueron unidas por medio de la terraza por la familia que las compró para habitarlas, el gran edificio era ideal para los devotos quienes compraron el templo en 1977, en el presente sin embargo, las instalaciones no son utilizadas al 100% ya que sólo hay unos 20 devotos viviendo allí, debido a la escasez de fondos gran parte del edificio necesita reparación.

Pero pronto descubrimos un apacible y amable humor familiar entre los devotos bajo el paternal cuidado de Ravindra Swarūpa Prabhu, quien es el presidente oficial del templo, aunque se encuentre mucho tiempo fuera por sus responsabilidades de GBC en diferentes partes de su zona en el mundo, a nuestra llegada tomamos un corto dharsan con las Deidades: Gaura-Nitai, Jagannatha, Subhadra y Balarama y Rādhā Saradi Behari.

Previamente cuando llegamos a la ciudad Śrī Prahlāda me dijo que había en exposición unas viejas pinturas Rajasthani famosas en el museo de la ciudad, el tema de la exhibición eran los pasatiempos de Rādhā y Kṛṣṇa, sugirió que visitáramos la exposición si teníamos tiempo así que luego de desempacar me acerqué a un devoto mayor y le pregunté si podría hacer los arreglos necesarios para que pudiéramos visitar el museo, inmediatamente pude percibir que se puso incómodo porque obviamente tenía otros servicios más importantes que atender, un predicador viajero debe ser cuidadoso con las obligaciones de sus anfitriones y aceptar humildemente lo que le sea provisto aprendiendo a no poner demandas innecesarias en aquellos que están tomando cuidado de él, sin embargo a pesar de la molestia, el devoto muy amablemente hizo todo lo que pudo por organizar nuestra visita al museo al día siguiente.

Al anochecer en nuestro camino al programa noté que Filadelfia es rico en historia norteamericana, pasamos frente a varios lugares que había estudiado en el colegio, como por ejemplo el Valle Forge donde George Washington y sus tropas acamparon en el invierno de 1777 durante la Independencia Norteamericana, tales lugares producen que los pechos de los americanos se inflen de orgullo, con esto en mente basé mi clase en volverse libre del concepto corporal de la vida, explicando cuan fuertemente el alma condicionada se identifica con su cuerpo, familia y tierra de nacimiento, me usé como ejemplo: Mis padres me inculcaron de niño un fuerte sentimiento de patriotismo, cuando mencioné que uno de mis antepasados fue uno de los firmantes de la Declaración Americana de la Independencia, algunas cejas se levantaron.

El viernes un devoto nos llevó al museo para ver la exhibición de Rādhā y Kṛṣṇa, la misma consistía de muchas viejas pinturas de Sus Señorías así como también algunas ollas antiguas, alfombras y otras cosas, la exposición estuvo bien presentada con una atmósfera que me recordaba mucho -tal vez demasiado- a Vṛndāvana, de hecho después de algunos minutos me sentí nostálgico por el santo Dhāma y salí de la exhibición para sentarme afuera a cantar mis rondas, en la tarde todos fuimos al servicio funerario de un devoto llamado Siddha Rūpa dāsa en el restaurante de ISKCON y centro cultural en el centro de la ciudad, Siddha Rūpa había dejado el cuerpo tres días antes, hubo un kīrtana y un festival y aquella noche hablé sobre la partida de un vaiṣṇava en el programa del templo.

Supongo que Kṛṣṇa me estaba preparando, después del programa cuando me retiré para descansar, recibí una llamada de mi discípulo Jananivas dāsa de Rusia informándome que mi propia discípula, Gītanjali dāsi que tenía cáncer también había dejado el cuerpo, de hecho Jannivasa me dijo que había partido el mismo día en que yo la había ido a ver en Ekaterinburgo en Febrero, para mi consternación no se me dieron detalles de su partida. Es importante cómo deja uno este mundo, en un sentido la vida completa de un devoto es una preparación para ese momento, la conciencia a la hora de nuestra muerte determina nuestro próximo destino, hay un proverbio Bengalí:

bhajan kara sadhana kara
murte janle hoy

Todo bhajan y sadhana que uno ha realizado durante su vida será probado al momento de la muerte.



¿Pero qué sucede si un devoto no puede fijar su mente en Kṛṣṇa al momento de su muerte? Un doctor recientemente me comentó que ¡el 80% de la gente se encuentra inconciente al momento de su muerte! El cuerpo naturalmente entra en un estado de conmoción antes del traumático momento cuando el alma deja el cuerpo, tal vez por esta misma razón el devoto ora en el Śrī Īopanisad:

vāyur anilam amṛtam
athedaṁ bhasmāntaṁ śarīram
oṁ krato smara kṛtaṁ smara
krato smara kṛtaṁ smara

Que este cuerpo temporal sea reducido a cenizas y que el aire vital se funda con la totalidad del aire. Ahora, ¡oh, mi Señor!, recuerda por favor todos mis sacrificios y debido a que eres el beneficiario último, por favor recuerda todo lo que he hecho para Ti.



En una ocasión después de la muerte de Yamunācārya, Ramanujācārya se puso meditativo con algunas dudas y le solicitó a Kancipurna, el sirviente del Señor Varadaraja (Kṛṣṇa) que le hiciera algunas preguntas al Señor en su representación, una de las preguntas era: ¿Qué sucede si un devoto muere de repente y no le es posible pensar en Ti en el momento de la muerte? El Señor Varadaraja respondió, Entonces Yo pensaré en mi devoto.

Mi querido Señor se que mi bhakti no se encuentra ni cerca de merecer tu atención, pero como maestro espiritual de Gītanjali, es mi deber apelar a Ti, por favor tómala a Tus pies de loto ¡por favor llévala al hogar a Śrī Vṛndāvana dhāma!

Hoy o mañana este cuerpo material sin valor me dejará y toda la felicidad material conectada con él también partirá, debido a que la felicidad material es temporal la misma debe ser entendida como tan sólo un espejismo de la felicidad real, ¡oh mi mente!, por favor abandona esta falsa felicidad y disfruta de la real y eterna felicidad del servicio devocional en la tierra de Vṛndāvana.

Vṛndāvana Mamimamṛta, Sataka 1, Verso 24

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