Diario de un predicador viajero
<< Vol III 18 de Enero al 16 de Septiembre del 2001 >>
<< 27 ¡No te lamentes por mí!.... ¡Estoy yendo a Kṇa! >>

El 7 de marzo volé desde Sudáfrica a Londres donde tomé un día de descanso para luego seguir con mi viaje hasta San Francisco y comenzar un recurrido por nuestros templos de ISKCON en Norteamérica por cinco semanas, en Londres me alojé en la habitación de un hotel que se encontraba cerca del aeropuerto con la finalidad de descansar suficientemente antes de proseguir con mi viaje, estaba acompañado por mi discípulo, Śrī Thakur Mahasaya, quien bondadosamente me asistió durante mi corta parada, antes de salir de Sudáfrica por error un devoto había teñido mis dos únicas mudas de ropa en color rojo obscuro, el pobre de Śrī Thakur Mahasaya invirtió la mayoría de nuestra corta permanencia en el hotel lavando repetidamente las ropas en la bañera para tratar de suavizar el color.

Sin embargo cuando trajo mi ropa justo antes de abandonar el hotel para tomar mi vuelo ví con horror que la ropa se había tornado de un color rosa brillante, incluso los empleados del hotel no pudieron ocultar su sonrisa cuando me vieron, desafortunadamente el humor ligero no perduraría mucho pues sonó el teléfono justo cuando estabamos dejando la habitación del hotel, un devoto me informó desde Londres que mi hermano espiritual Tribuvanath Prabhu, se le había diagnosticado cáncer en el estómago y que le quedaban únicamente seis semanas de vida, como siempre en tales situaciones la noticia me consternó, Tribhuvanath Prabhu quien había ingresado a la Conciencia de Kṛṣṇa al final de la década de 1960 había sido brahmacari la mayoría de su vida en ISKCON y siempre había sido uno de mis devotos favoritos.

Aunque nuestra asociación ha sido limitada a través de los años siempre he admirado su brillante rostro, sonrisa dichosa y su gusto por los Santos Nombres; tal como yo, se había centrado principalmente en organizar grandes festivales a través de Europa y África en la mayor parte de tiempo en su etapa como devoto, al enterarme de su inminente partida me hizo realizar que así como él lo hacía yo también podría morir en cualquier momento, el hecho es que realmente nunca esperamos que vamos a morir, si lo hicieramos aprovecharíamos completamente cada minuto en ejecutar servicio devocional. Pensé para mí mismo: ¿Cuándo me volveré serio en la Conciencia de Kṛṣṇa y combatiré la lujuria, ira y avaricia que están dentro de mi corazón? ¿Cuándo llegará el día en que cante los Santos Nombres con un sentimiento genuino? ¿Cuándo se manifestará mi compasión por todas las entidades vivientes y con un corazón humilde iré a predicar las enseñanzas divinas?

Oro que la condición de Tribhuvanath Prabhu se convierta en el catalizador que finalmente manifieste estos cambios dentro de mi corazón, realicé que el tiempo es breve, tal y como Śrīla Prabhupāda le dijo a sus discípulos quienes lo rodeaban en su cama cuando estaba en sus últimos días de su vida:

¡No piensen que esto no les pasará a ustedes!



Amigo, ¿cuándo morirás? ¿Lo sabes? ¿Incluso algunas veces los niños mueren inesperadamente? Con una inteligencia despejada, sin apego por el cuerpo y los sentidos y sin detenerte a pensar, ¡corre a Vndavana!

Vndavana Mahimamta, introducción, texto 78

Śrī Prabhlad y Rukmiṇī Priya se reunieron conmigo en el aeropuerto de Heathrow para el vuelo a América, debido a que fuí sólo a Sudáfrica habíamos estado separados por 10 días y estaba muy contento de verlos nuevamente, no es fácil viajar sólo, Canakya Pandit recomienda que uno viaje con otros:

Austeridades religiosas deben practicarse individualmente, el estudio por dos y el canto por tres. Un viaje debe ser emprendido por cuatro, la agricultura por cinco y la guerra por muchos juntos.

Niti Sastra de Canakya Pandit, Capítulo 4, Texto 12

Desde el punto de vista mundano estaba volando al hogar, nací y fuí criado en San Francisco antes de ingresar al Movimiento de la Conciencia de Kṛṣṇa en 1970, pero ahora nada queda para mí, mis padres han muerto y mis hermanos se encuentran dispersos por todo el país, a pesar de todo mientras estaba mirando por la ventana del avión recuerdos de mi niñez vinieron a mi mente trayendo con ellos sentimientos no dignos de mi atención, me descubrí a mí mismo rápidamente y regresé a la realidad recordando las palabras escritas de mi maestro espiritual, reflexiones de los miembros de su propia familia con el paso del tiempo:

<¿A dónde han ido mis afectuosos padres ahora?
¿Y dónde están mis parientes mayores y todos los demás?
¿Dónde están mis propios amigos?
¿Quién me dará noticias de ellos ahora?
Te pregunto, ¿díme quién?
Todo eso se ha ido, la así llamada familia es una lista de nombres.
Así como la espuma del mar surge por un momento y luego se desvanece, en representación de la ilusión material de Māyā es exactamente así.
Nadie es de hecho madre o padre, un miembro de la familia o pariente.
Todos son tal como la espuma del mar, permaneces a la vista únicamente por pocos minutos.
Pero todos nosotros somos de hecho parientes, o hermanos en la plataforma del alma espiritual pura.
Estas relaciones eternas no estan teñidas, con las ilusiones temporales falsas de Māyā.
El Señor Supremo es en Sí mismo el Alma Suprema de todos.
En su relación eterna con Él, todos en el universo son iguales.
Śrīla Prabhupāda, Vṛndāvana Bhajan, alrededor de 1958

Śrīla Prabhupāda escribe que nadie es nuestro madre o padre, más bien todos en el universo son iguales, en otras palabras todos nosotros somos iguales como hermanos y hermanas debido al hecho de que tenemos un padre común, Dios, un devoto del Señor aprovecha cada oportunidad para recordarnos de este hecho a todas las almas condicionadas.

Por lo tanto y aunque un devoto pueda renunciar a la idea de que es parte de una familia, sociedad o nación en particular, no es adverso en ayudar incluso a su propia madre o padre en Conciencia de Kṛṣṇa, de hecho por haber un devoto en nuestra familia beneficia a esa familia inmensamente, en una ocasión Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī dijo:

Cuando un gran santo, un devoto puro aparece en una familia, entonces sus ancestros y descendientes por cien generaciones son elevados; cuando un devoto de un rango intermedio (madhyam bhagavat) aparece en una familia, entonces sus ancestros y descendientes por catorce generaciones son elevados; cuando un devoto neófito aparece en una familia, entonces sus ancestros y descendientes por tres generaciones son elevados.

Śrīla Prabhupāda Upadeśāmṛta - Cita de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī

Personalmente traté lo mejor que pude en ayudar en la vida espiritual a mi propia madre, desafortunadamente durante la mayor parte de su vida nunca mostró el más mínimo interés por la religión, una vez le pregunté que si creía en Dios y ella respondío: Algo debe haber.

Cada vez que la visitaba debatíamos frecuentemente sobre la existencia del alma, la vida después de la muerte, karma, etc.

Con el transcurrir de los años continúe cultivando ese algo en su corazón por enviarle los libros de Śrīla Prabhupāda, los cuales invariablemente terminaban amontonados en la parte trasera de la cochera empolvándose y ensuciandose.

Hace algunos años me llamó por teléfono ya muy entrada la noche, era una hora inusual para llamar y me sorprendí al escucharla, comenzó la conversación preguntándome si la podía llevar a Vṛndāvana, India, estaba desconcertado y pensé: ¡Mi mamá quiere ir a Vṛndāvana a la tierra donde nació Kṛṣṇa! ¿Qué es esto? ¿Cómo es que sabe incluso qué es Vṛndāvana?

Ella insistió y quería saber cuando iríamos, aunque estaba intrigado con la perspectiva de tomar a mi madre a Vṛndāvana porque era tarde (y estaba muy cansado), así que le dije que la llamaría mañana temprano y que hablaríamos del tema en detalle, al día siguiente desperté descansado y después de la ducha, entusiasmado marqué su número de teléfono, mi hermano repondió.

Le dije: ¿Pedro puedo hablar con mamá? Hubo un prolongado silencio y percibí que algo andaba mal, finalmente su voz quebrada con emoción respondió: Mamá falleció anoche, quedé aturdido, no lo podía creer, una vez más la realidad de la muerte me estaba mirando a la cara y le dije a mi hermano: ¿Que pasó? ¡Hablé con mamá justo anoche!, a lo que me contestó: Lo sé, ella había estado combatiendo el cáncer por los últimos seis meses, no quiso decirtelo, recobrandome le dije: ¡Cáncer! ¿Dijo ella algo al final? Sí, lo hizo, me respondió dijo: ¡no te lamentes por mí! ¡No soy este cuerpo, soy una alma espiritual eterna, nunca muero, me estoy yendo con Kṛṣṇa!, con estas palabras en su boca falleció.

Estaba atónito, ¡mi mamá, la intelectual que nunca fué a la iglesia, quien nunca inquirió acerca de Dios (quien debatió su existencia), estaba yendo con Kṛṣṇa!, no podía creer que hubiera dicho tal cosa y le dije a mi hermano: Pero ¿cómo es posible que haya dicho esas palabras a la hora de la muerte?, a lo que me respondió: Cuando mamá supo que tenía cáncer y que moriría, una extraña transformación se llevó a cabo en ella, se volvió inquieta e inestable, comenzó a hacer preguntas acerca de ti, queriendo saber donde estabas y qué estabas haciendo, tenía un intenso deseo de reunirse contigo, hablar contigo, pero cuando le sugería hablar contigo siempre respondió: No, no lo molestes ahora, lo contactaremos después, una mañana fuí a la cochera para deshacerme de la basura y me encontré a ella mirando detenidamente a todos los libros que le habías mandado por los últimos 25 años, me miró y me pidió que los llevara adentro de la casa, esa tarde cuidadosamente los desempolvó, por los últimos cinco meses se sentaba en su mecedora leyendo esos libros.

Algunas veces subrayaba ciertos pasajes o citas que le parecían relevantes o importantes para ella, también contactó al encargado de tu Tape Misnistry en Londres y le pidió todas tus clases grabadas en cinta, las escuchaba con su audífono y se mecía en la mecedora observando tu fotografía que estaba en una mesa cercana, por lo menos escuchaba tres cintas al día, gradualmente su salud se deterioró pero no estaba temerosa, pienso que había algo en esos libros que la hizo valiente, entonces anoche percibió que iba a morir y me pidió que te llamara, su último pedido fue que la llevaras a un lugar que se llama Vṛndāvana.

Colgué el teléfono y lloré, no debido a un sentimiento mundano o apego, sino en apreciación a que mi maestro espiritual, Śrīla Prabhupāda, había extendido su misericordia a mi mamá liberándola de la existencia material, fui a casa para el servicio conmemorativo y arreglé sus bienes testamentarios, justo antes de que regresara a Europa mi hermano y mi hermana se me acercaron y me preguntaron qué deberían hacer con las cenizas, recordando mi última conversación con ella sonreí y tomé las cenizas conmigo, varias semanas después uno de mis discípulos las puso en las sagradas aguas del río Yamuna en Vṛndāvana, India, había cumplido el último pedido que mi mamá me hiciera, un pedido que oro tambíen esté en mis labios el día que abandone este mundo mortal.

Que la tierra de Śrī Vṛndāvana donde Subala y los otros pastorsillos de vacas, quienes son todos amigos queridos de Kṛṣṇa, juegan, donde Lalita y la otras gopis jovenes esplendorosas, quienes estaban llenas de amor por Śrīmati Rādhārāṇī disfrutan bienaventuranza trascendental y donde Śrī Śrī Rādhā-Kṛṣṇa anhelen disfrutar maravillosos pasatiempos trascendentales amorosos día y noche se vuelvan manifiestos en mi corazón.

Śrī Vṛndāvana Mahimamṛta, Texto 15, Introducción







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