 | ¡Oh, mi Señor!, en este mundo, que es creación de Tu māyā, aquellos que tienen el corazón confundido por la influencia de la lujuria, la codicia, la envidia y la ilusión, sólo se sienten atraídos por la falsa ilusión de la vida en el hogar. Apegados al hogar, la esposa y los hijos, vagan perpetuamente por el mundo material.
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