|
Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 9, Liberación >> << 4 - Durvāsā Muni ofende a Mahārāja Ambarīṣa >> <<VERSO 69 >>
upāyaṁ kathayiṣyāmi tava vipra śṛṇuṣva tat ayaṁ hy ātmābhicāras te yatas taṁ yāhi mā ciram sādhuṣu prahitaṁ tejaḥ prahartuḥ kurute ’śivam
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | ¡Oh, brāhmaṇa!, permite que ahora te dé un consejo para tu propia protección. Escúchame, por favor. Al ofender a Mahārāja Ambarīṣa, has actuado con envidia de ti mismo. Por eso, debes ir a verle inmediatamente, sin perder ni un instante. Los supuestos poderes que se tengan, si se emplean contra un devoto, acaban, sin duda, por dañar a quien los utiliza. El perjudicado no es el objeto, sino el sujeto.
|
SIGNIFICADO
 | El vaiṣṇava siempre es objeto de la envidia de los no devotos, incluso si el no devoto resulta ser su padre. Un ejemplo práctico de esto fue Hiraṇyakaśipu, que sentía envidia de Mahārāja Prahlāda; pero esa envidia no perjudicó a Prahlāda, sino a Hiraṇyakaśipu. Todo lo que Hiraṇyakaśipu hizo contra su hijo Mahārāja Prahlāda fue tenido muy en cuenta por la Suprema Personalidad de Dios, al final, cuando Hiraṇyakaśipu estaba a punto de matar a Prahlāda, el Señor apareció personalmente y acabó con él. El servicio que se ofrece a un vaiṣṇava se va acumulando y beneficia al devoto. Por el contrario, las actividades dirigidas a perjudicar al devoto acaban por ser la causa de la caída de quien las realiza. El propio Durvāsā, que era un gran brāhmaṇa y yogī místico, se vio en una situación muy peligrosa debido a su ofensa a los pies de loto de Mahārāja Ambarīṣa, que era un devoto puro.
|
|
| |