 | ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit!, Yayāti acudió también a sus hijos Turvasu, Druhyu y Anu para pedirles que le cambiaran la juventud por su vejez, pero ellos, que no eran conscientes de los principios religiosos, pensaban que su efímera juventud iba a ser eterna, y se negaron a cumplir la orden de su padre.
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