 | En esas visitas del Señor Rāmacandra, la gente se acercaba a Él con artículos de adoración y pedía las bendiciones del Señor: «¡Oh, Señor! - decían - , que Tú, que rescataste la Tierra del fondo del mar en Tu encarnación como jabalí, cuides de ella ahora. Nosotros pedimos Tus bendiciones».
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