 | Los semidioses y los demonios trabajaron frenéticamente para obtener el néctar, animados por el Señor, que estaba encima y debajo de la montaña y que había entrado en los semidioses, en los demonios, en Vāsuki y en la montaña misma. Con la fuerza de los semidioses y los demonios, el océano de leche fue agitado con tanta potencia que todos los cocodrilos que allí vivían se perturbaron mucho. No obstante, se continuó batiendo el océano del mismo modo.
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