 | Todas las entidades vivientes, móviles e inmóviles, reciben la fuerza vital, la fuerza física y la vida misma del aire. Todos nosotros seguimos al aire para obtener fuerza vital, como sirvientes que siguen a un emperador. La fuerza vital del aire se genera de la fuerza vital original de la Suprema Personalidad de Dios. Que ese Señor Supremo Se complazca con nosotros.
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