 | Mientras Indradyumna Mahārāja estaba absorto en el éxtasis de la meditación, adorando a la Suprema Personalidad de Dios, llegó a su āśrama Agastya Muni, acompañado de sus discípulos. El muni, al ver que Mahārāja Indradyumna guardaba silencio y permanecía sentado en aquel apartado lugar, sin ofrecerle el recibimiento que era de rigor, se enfadó mucho.
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