 | Por debajo de las ropas del Señor, que actúa de un modo maravilloso, Bali Mahārāja vio el crepúsculo vespertino. En las partes íntimas del Señor, vio a los prajāpatis, y en Sus caderas se vio a sí mismo con sus compañeros más allegados. En el ombligo del Señor vio el cielo; en Su cintura, los siete océanos; y en el pecho del Señor vio todas las constelaciones y estrellas.
|