 | Hermosos doseles decorados con perlas daban sombra por toda la ciudad, donde constantemente se escuchaban los sonidos de los pavos reales, las palomas y las abejas. En las cúpulas de los palacios ondeaban banderas de perlas y oro, y por encima de ellas volaban aviones llenos de hermosas mujeres, entonando sin cesar canciones auspiciosas y muy agradables para el oído.
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