 | Los habitantes de Vaitālika-loka dijeron: Querido Señor, nosotros cantábamos Tus glorias inmaculadas en grandes asambleas y sacrificios, de modo que estábamos acostumbrados a recibir el respeto de todos. Sin embargo, ese demonio usurpó nuestra posición. Ahora nos has hecho muy afortunados, pues, del mismo modo que se cura una enfermedad crónica, has matado a ese gran demonio.
|