Śrīmad-Bhāgavatam
<< Canto 7, La Ciencia de Dios >>
<< 5 - Mahārāja Prahlāda, el hijo santo de Hiraṇyakaśipu >>
<<VERSO 37 >>

paro ’py apatyaṁ hita-kṛd yathauṣadhaṁ
sva-dehajo ’py āmayavat suto ’hitaḥ
chindyāt tad aṅgaṁ yad utātmano ’hitaṁ
śeṣaṁ sukhaṁ jīvati yad-vivarjanāt

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Las hierbas medicinales crecen en el bosque y no pertenecen a la misma categoría que los hombres; sin embargo, si son beneficiosas, las guardamos con mucho cuidado. Del mismo modo, si alguien no pertenece a nuestra familia, pero está de nuestra parte, se le debe proteger como a un hijo. Por el contrario, si un miembro del cuerpo está gangrenado, hay que amputarlo para que el resto del cuerpo pueda vivir feliz. Y si nuestro propio hijo nos es hostil, debe ser rechazado, aunque haya nacido de nuestro propio cuerpo.

SIGNIFICADO

Śrī Caitanya Mahāprabhu ha dado a los devotos del Señor la instrucción de que sean más humildes que la hierba y más tolerantes que los árboles; de lo contrario, siempre hallarán perturbaciones en la ejecución de su servicio devocional. Este verso es un ejemplo muy claro de un no devoto que trata de perturbar a un devoto, aunque se trate de su amado hijo. Así funciona el mundo material: el padre no devoto es enemigo de su hijo devoto. Determinado a matar a su propio hijo, Hiraṇyakaśipu puso el ejemplo de que, cuando una parte del cuerpo está gangrenada y puede dañar al resto del cuerpo, es necesario amputarla. Por supuesto, este mismo ejemplo puede aplicarse con respecto a los no devotos. Cāṇakya Paṇḍita aconseja: tyaja durjana-saṁsargaṁ bhaja sādhu-samāgamam: Los devotos verdaderamente serios en progresar en la vida espiritual deben abandonar la compañía de los no devotos y mantenerse siempre en compañía de devotos. El apego excesivo por la existencia material es ignorancia, pues la existencia material es temporal y está llena de miserias. Por consiguiente, los devotos que están decididos a someterse a tapasya (penitencias y austeridades) para comprender el ser, con la determinación de alcanzar un nivel avanzado de conciencia espiritual, deben abandonar la compañía de los ateos no devotos. Mahārāja Prahlāda no estaba dispuesto a apoyar la filosofía de su padre, Hiraṇyakaśipu, pero aun así siempre se mostró tolerante y humilde. Hiraṇyakaśipu, sin embargo, era un no devoto, y su contaminación era tan grande que estaba dispuesto a matar incluso a su propio hijo, justificándose con la lógica de la amputación.

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