 | Se debe adorar todos los días al Ser Supremo que está en el corazón de todos, y, sobre esta base, se debe adorar también por separado a los semidioses, las personas santas, los seres humanos y entidades vivientes comunes, los antepasados y el propio ser. De esta forma se puede adorar al Ser Supremo que está en lo más hondo del corazón de todos.
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