 | Prahlāda Mahārāja, el más querido servidor de la Suprema Personalidad de Dios, en cierta ocasión salió a recorrer el universo con algunos de sus más íntimos compañeros a fin de estudiar la naturaleza de las personas santas. De ese modo llegó a orillas del Kāverī, en el valle de la montaña Sahya. Allí encontró a una gran persona santa que yacía en el suelo, cubierta de tierra y polvo, pero profundamente absorta en el nivel espiritual.
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