 | Al principio de la creación, un viento formidable levantó espantosas olas que amenazaban con inundarlo todo. El fragor de aquellas grandes olas era tan horrible que el Señor Brahmā estaba a punto de caer de su asiento en el loto a las aguas de la devastación. Sin embargo, con la ayuda del Señor, se salvó. Así, también nosotros esperamos que el Señor nos proteja de esta peligrosa situación.
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