 | En aquel sagrado lugar, los Haryaśvas tocaban regularmente las aguas del lago y se bañaban en ellas. Poco a poco, alcanzaron un alto nivel de purificación, de modo que se sentían atraídos por las actividades de los paramahaṁsas. Sin embargo, como su padre les había ordenado que aumentasen la población, ellos, para satisfacer su deseo, realizaron rigurosas austeridades. Un día, el gran sabio Nārada vio a aquellos muchachos entregados a esa intensa práctica de austeridades para aumentar la población, y se dirigió a ellos.
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