 | Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: La Suprema Personalidad de Dios, Hari, que es sumamente afectuoso con Sus devotos, Se sintió muy complacido con las oraciones de Dakṣa y apareció en aquel lugar sagrado, llamado Aghamarṣaṇa. ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit, joya de la dinastía Kuru!, con Sus pies de loto posados en los hombros de Garuḍa, Su montura, el Señor apareció en Su forma de ocho brazos, largos, poderosos y muy bellos. En las manos llevaba un disco, una caracola, una espada, un escudo, una flecha, un arco, una cuerda y una maza. En cada mano sostenía un arma distinta, y todas ellas resplandecían con gran brillo. Vestía ropas amarillas, y Su cuerpo era de un color azul profundo. Tenía los ojos y la cara muy alegres; un largo collar de flores descendía desde Su cuello hasta Sus pies. Su pecho estaba adornado con la joya Kaustubha y la marca de Śrīvatsa. En la cabeza llevaba un suntuoso yelmo redondeado, y en las orejas, unos pendientes con forma de tiburón. Todos estos adornos eran de una belleza extraordinaria. El Señor llevaba un cinturón dorado, brazaletes en los brazos, anillos en los dedos y campanitas tobilleras en los pies. Así engalanado con distintas alhajas, el Señor Hari, que atrae a todas las entidades vivientes de los tres mundos, recibe el nombre de Puruṣottama, la personalidad más eminente. Le acompañaban grandes devotos como Nārada, Nanda y los principales semidioses, guiados por Indra, el rey del cielo, además de los habitantes de los sistemas planetarios superiores como Siddhaloka, Gandharvaloka y Cāraṇaloka. Esos devotos, situados por detrás y a ambos lados del Señor, Le ofrecían oraciones sin cesar.
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