 | Kaśyapa Muni pensó: ¡Ay de mí!, me he apegado demasiado al disfrute material. Aprovechándose de esto, mi mente se ha dejado atraer por la energía ilusoria de la Suprema Personalidad de Dios en la forma de una mujer [mi esposa]. Soy un miserable, y, con toda seguridad, voy camino del infierno.
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