 | ¡Oh, ilimitada Suprema Personalidad de Dios!, Tú conoces bien todo lo que la entidad viviente hace en el mundo material, pues eres la Superalma. En presencia del Sol, la luz de la luciérnaga no puede revelarnos nada. Del mismo modo, en Tu presencia no hay nada que yo pueda dar a conocer, puesto que Tú lo conoces todo.
|