 | Al alcanzar el refugio del Señor Śeṣa, la Suprema Personalidad de Dios, Citraketu vio que el Señor era tan blanco como las fibras de la flor de loto. Estaba vestido con ropas azuladas, y adornado con un yelmo brillante y resplandeciente, brazaletes, un cinturón y ajorcas. Tenía el rostro sonriente y los ojos rojizos, y estaba rodeado por grandes personalidades liberadas, como Sanat-kumāra.
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