 | Los ṛṣis continuaron: ¡Oh, rey Indra!, al celebrar un sacrificio aśvamedha y complacer con ello a la Suprema Personalidad de Dios, que es la Superalma, el Señor Nārāyaṇa, el controlador supremo, podemos liberarnos, no ya de las reacciones del pecado de matar a un demonio como Vṛtrāsura, sino incluso de matar al mundo entero.
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