 | Siempre pensando en la manera de liberarse de la reacción del pecado de haber matado a un brāhmaṇa, el rey Indra, invisible para todos, vivió mil años dentro del lago, en las sutiles fibras de un tallo de loto. El dios del fuego solía llevarle la parte que le correspondía de todos los yajñas; sin embargo, como tenía miedo de entrar en el agua, Indra pasó muchísima hambre.
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