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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 5, Los Impulsos Creadores >> << 9 - Las glorias de Jaḍa Bharata >> <<VERSO 11 >>
yadā tu parata āhāraṁ karma-vetanata īhamānaḥ sva-bhrātṛbhir api kedāra-karmaṇi nirūpitas tad api karoti kintu na samaṁ viṣamaṁ nyūnam adhikam iti veda kaṇa-piṇyāka-phalī-karaṇa-kulmāṣa-sthālīpurīṣādīny apy amṛtavad abhyavaharati yadā tu parata āhāraṁ karma-vetanata īhamānaḥ sva-bhrātṛbhir api kedāra-karmaṇi nirūpitas tad api karoti kintu na samaṁ viṣamaṁ nyūnam adhikam iti veda kaṇa-piṇyāka-phalī-karaṇa-kulmāṣa-sthālīpurīṣādīny apy amṛtavad abhyavaharati
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Jaḍa Bharata solía trabajar a cambio únicamente de alimento. Aprovechándose de esto, sus hermanastros le ocupaban en trabajos agrícolas y le pagaban con un poco de comida; en realidad, no sabía demasiado del trabajo del campo. No sabía dónde extender la tierra, ni dónde cavar o dónde nivelar el terreno. Sus hermanos le daban arroz partido, residuos de la prensa de semillas, cáscaras de arroz, y granos comidos de gusanos, o los que se quemaban y quedaban pegados al fondo de las ollas. Él, sin embargo, lo comía todo con alegría, como si fuese néctar, y sin guardar el más mínimo rencor.
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SIGNIFICADO
 | El estado de paramahaṁsa nos lo explica el Bhagavad-gītā (2.15): sama-duḥkha-sukhaṁ dhīraṁ so ’mṛtatvāya kalpate. Cuando alguien es indiferente a las dualidades, a la felicidad y a la aflicción del mundo material, esa persona está preparada para amṛtatva, la vida eterna. Bharata Mahārāja estaba decidido a poner fin a sus implicaciones en el mundo material, y no prestaba la menor atención a este mundo de dualidad. Era plenamente consciente de Kṛṣṇa, y se había olvidado del bien y del mal, de la felicidad y de la aflicción. Como se afirma en el Caitanya-caritāmṛta (Antya 4.176):
|  | ‘dvaite’ bhadrābhadra-jñāna, saba-‘manodharma’
‘ei bhāla, ei manda’ — saba ‘bhrama’
|  | «En el mundo material, los conceptos de bueno y malo son especulaciones mentales. Por lo tanto, decir “esto es bueno y esto es malo” es un gran error».
|  | Hay que comprender que en el mundo material, el mundo de la dualidad, pensar que una cosa es buena o mala no es más que una invención de la mente. Sin embargo, no debemos imitar ese nivel de conciencia; debemos situarnos verdaderamente en el plano espiritual de neutralidad.
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