 | Mahārāja Bharata continuó hablando como un loco. Al alzar la cabeza y ver las manchas oscuras de la Luna naciente, parecidas a las de un ciervo, dijo: ¿Acaso la Luna, que es tan bondadosa con los desdichados, lo ha sido también con mi ciervo, sabiendo que se ha extraviado y que ha perdido a su madre? Esta Luna ha brindado al ciervo un refugio cerca de ella, sólo para protegerle del temible ataque de los leones.
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