 | En esta vida, algunas personas brindan refugio a animales y aves que, en la aldea o en un bosque, acuden a ellas en busca de protección; después de hacerles creer que los van a proteger, los hieren con lanzas y lazos y juegan con ellos como si fueran muñecos, causándoles mucho dolor. Después de morir, esas personas son llevadas por los sirvientes de Yamarāja al infierno de Śūlaprota, donde les hieren el cuerpo con lanzas afiladas como agujas. Pasan hambre y sed, y muchas aves de pico afilado, como buitres y garzas, vienen de todas partes para picotear sus cuerpos. En medio del sufrimiento de esas torturas, recuerdan las actividades pecaminosas que cometieron en el pasado.
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