 | En su siguiente vida, el rey o representante del gobierno que es pecaminoso y castiga a una persona inocente, o que impone un castigo corporal a un brāhmaṇa, es llevado por los yamadūtas al infierno Sūkharamukha, donde los muy poderosos sirvientes de Yamarāja lo aplastan del mismo modo que a una caña de azúcar cuando se le exprime el jugo. La entidad viviente pecaminosa llora de modo lastimero y se desmaya, igual que un hombre inocente sometido a castigos. Ése es el resultado de castigar a una persona sin culpa.
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