 | Hay personas crueles que, por mantener el cuerpo y dar satisfacción a la lengua, cocinan pobres animales o aves indefensas sin siquiera haberles dado muerte. A esas personas, hasta los antropófagos las condenan. En su siguiente vida, los yamadūtas las llevan al infierno de Kumbhīpāka, donde las fríen en aceite hirviendo.
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