 | Como no veía otra forma de quitárselo todo a Bali Mahārāja, la Suprema Personalidad de Dios recurrió a un truco, y, acudiendo a él como un mendigo, le arrebató los tres mundos. A Bali Mahārāja sólo le quedaba el cuerpo, pero el Señor aún no estaba satisfecho. Le hizo prisionero, le ató con las cuerdas de Varuṇa y le arrojó a una cueva en una montaña. Pero Bali Mahārāja era un devoto tan excelso que, a pesar de haber sido despojado de todas sus propiedades y arrojado a una cueva, habló de la siguiente manera.
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