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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 5, Los Impulsos Creadores >> << 15 - Las glorias de los descendientes del Rey Priyavrata >> <<VERSO 10 >>
yam abhyaṣiñcan parayā mudā satīḥ satyāśiṣo dakṣa-kanyāḥ saridbhiḥ yasya prajānāṁ duduhe dharāśiṣo nirāśiṣo guṇa-vatsa-snutodhāḥ yam abhyaṣiñcan parayā mudā satīḥ satyāśiṣo dakṣa-kanyāḥ saridbhiḥ yasya prajānāṁ duduhe dharāśiṣo nirāśiṣo guṇa-vatsa-snutodhāḥ
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Todas las castas y honestas hijas de Mahārāja Dakṣa, como Śraddhā, Maitrī y Dayā, cuyas bendiciones eran infalibles, bañaron a Mahārāja Gaya con agua santificada. Ciertamente, ellas estaban muy satisfechas con Mahārāja Gaya. El planeta Tierra vino personalmente en forma de vaca, y, cuando vio todas las buenas cualidades del rey, dio grandes cantidades de leche, como si hubiese visto a su ternero. En otras palabras, Mahārāja Gaya supo obtener de la Tierra toda clase de bienes, y de ese modo satisfizo los deseos de sus súbditos. Sin embargo, personalmente, no tenía ningún deseo.
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SIGNIFICADO
 | La Tierra, sobre la que Mahārāja Gaya gobernó, se compara a una vaca, las buenas cualidades con las que gobernó y mantuvo a sus súbditos, se comparan al ternero. Una vaca, cuando tiene delante a su ternero, da leche; de la misma manera, la vaca, la Tierra, satisfizo los deseos de Mahārāja Gaya, que supo utilizar para beneficio de sus súbditos todos los recursos de la Tierra. Eso fue posible porque se había bañado en el agua que las honestas hijas de Dakṣa habían santificado. Sin las bendiciones de las autoridades, ningún rey o dirigente puede gobernar satisfactoriamente a sus súbditos. Las buenas cualidades del gobernante hacen que los súbditos sean felices y virtuosos.
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