 | Saliendo al encuentro de Dhruva Mahārāja, todas las ilustres madres de familia del vecindario acudían para verle, y con afecto maternal le ofrecían sus bendiciones derramando sobre él una lluvia de semillas de mostaza blanca, cebada, yogur, agua, brotes de hierba, frutas y flores. De esa manera, escuchando las agradables canciones de las mujeres, Dhruva Mahārāja recorrió el trayecto hasta el palacio de su padre y entró en él.
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