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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 3, El Status Quo >> << 23 - La lamentación de Devahūti >> <<VERSO 36-37 >>
स तां कृतमलस्नानां विभ्राजन्तीमपूर्ववत् आत्मनो बिभ्रतीं रूपं संवीतरुचिरस्तनीम् विद्याधरीसहस्रेण सेव्यमानां सुवाससम् जातभावो विमानं तदारोहयदमित्रहन्
sa tāṁ kṛta-mala-snānāṁ vibhrājantīm apūrvavat ātmano bibhratīṁ rūpaṁ saṁvīta-rucira-stanīm vidyādharī-sahasreṇa sevyamānāṁ suvāsasam jāta-bhāvo vimānaṁ tad ārohayad amitra-han
PALABRA POR PALABRA
saḥ el sabio; tām a ella (Devahūti); kṛta-mala-snānām aseada mediante el baño; vibhrājantīm brillando; apūrva-vat sin precedentes; ātmanaḥ su propia; bibhratīm poseyendo; rūpam belleza; saṁvīta ceñidos; rucira atractivos; stanīm con senos; vidyādharī de muchachas gandharvas; sahasreṇa por un millar; sevyamānām servida por; su-vāsasam vestida con ropas excelentes; jāta-bhāvaḥ lleno de cariño; vimānam avión en forma de palacio; tat aquel; ārohayat la subió a bordo; amitra-han ¡oh, destructor del enemigo!;
TRADUCCION
 | El sabio pudo ver que Devahūti estaba muy limpia después de haberse bañado, y que brillaba, como si ya no fuese su antigua esposa. Había recuperado su propia belleza original de hija de un príncipe. Estaba vestida con ropas excelentes, con sus atractivos senos debidamente ceñidos, y servida por mil muchachas gandharvas. ¡Oh, destructor del enemigo!, su cariño por ella creció, y la subió al palacio aéreo.
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SIGNIFICADO
 | Cuando los padres de Devahūti la llevaron ante el sabio Kardama antes de su matrimonio, ella era la princesa de belleza perfecta; Kardama Muni recordó su belleza anterior. Pero después del matrimonio, cuando se ocupó en servir a Kardama Muni, dejó de cuidar su cuerpo como una princesa, pues no tenía medios para ello; su esposo vivía en una choza, y ella estaba siempre ocupada en servirlo; por ello, su belleza de princesa desapareció, y pasó a ser como una sirvienta cualquiera. Ahora, después de que las muchachas gandharvas, obedeciendo al poder yóguico de Kardama Muni, la bañasen, ella recobró su belleza, y Kardama Muni se sintió atraído por la hermosura que ella había mostrado antes de casarse. La verdadera belleza de una mujer joven son sus senos. Cuando Kardama Muni vio tan hermosamente adornados los senos de su esposa, que la hacían mucho más hermosa, se sintió atraído, a pesar de que era un gran sabio. Ésa es la razón de que Śrīpāda Śaṅkārācarya prevenga a los trascendentalistas de que aquel que busque la iluminación trascendental no debe sentirse atraído por los erguidos senos de la mujer, pues no son más que una interacción de grasa y sangre dentro del cuerpo.
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