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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 11, Historia general >> << 5 - Nārada finaliza sus enseñanzas a Vasudeva >> <<VERSO 10 >>
sarveṣu śaśvat tanu-bhṛtsv avasthitaṁ yathā kham ātmānam abhīṣṭam īśvaram vedopagītaṁ ca na śṛṇvate ’budhā mano-rathānāṁ pravadanti vārtayā
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | La Personalidad de Dios está situada eternamente en el corazón de cada ser corporificado; aun así, el Señor permanece situado aparte, tal como el cielo, que es omnipresente y no se mezcla con ningún objeto material. De modo que el Señor es el objeto supremo de adoración y el controlador absoluto de todo. A Él se le glorifica detalladamente en la literatura védica, pero a quienes carecen de inteligencia no les gusta escuchar hablar de Él. Prefieren perder el tiempo hablando de sus propias invenciones mentales, que inevitablemente tratan de la grosera complacencia material de los sentidos, como la vida sexual y el consumo de carne.
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SIGNIFICADO
 | En el Bhagavad-gītā, el Señor Kṛṣṇa dice: vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ. La meta de todo el conocimiento védico es conocer al Señor, que es la Verdad Absoluta. Aunque este propósito de los Vedas se revela claramente tanto en la propia literatura védica como por los ācāryas autorrealizados, la gente necia no puede comprender esta sencilla verdad. Prefieren cultivar el conocimiento del sexo ilícito hablando de sus parejas y experiencias sexuales. También describen y recomiendan con entusiasmo a sus amigos los mejores restaurantes para comer carne y les gusta glorificar las drogas y el licor describiendo detalladamente los efectos embriagadores y alucinógenos de sus experiencias pecaminosas. Los materialistas que buscan la satisfacción de los sentidos se llaman con entusiasmo unos a otros por teléfono, se congregan en clubes, comités y salen con entusiasmo a cazar, beber y jugar, llenando así sus vidas con la modalidad de la ignorancia. No tienen tiempo ni ganas de hablar de la Verdad Absoluta, Kṛṣṇa. Por desgracia, descuidan al Señor Supremo, quien, en consecuencia, castiga severamente a estas personas necias para hacerlas volver a la cordura. Todo pertenece al Señor y todo está destinado a Su disfrute. Cuando la entidad viviente adapta sus actividades al placer del Señor, experimenta una felicidad ilimitada. Yena sattvaṁ śuddhyed yasmād brahma-saukhyaṁ tv anantam. En realidad, no hay felicidad en los asuntos materiales, el Señor castiga misericordiosamente al alma condicionada ebria para hacerla volver a su verdadera vida.
|  | Por desgracia, las personas materialistas no hacen caso del consejo que el Señor Supremo da en el Bhagavad-gītā ni del de los representantes del Señor, que hablan en obras literarias afines, como el Śrīmad-Bhāgavatam. En lugar de eso, estos complacedores de los sentidos se consideran los más elocuentes y eruditos. Toda persona materialista, en realidad cree ser la persona más inteligente, por eso, no tiene tiempo para escuchar la verdadera verdad. No obstante, la Personalidad de Dios, tal como se describe en este verso, espera pacientemente en el corazón del alma condicionada, alentándola a reconocer al Señor, que está sentado a su lado. Ese reconocimiento de la Personalidad de Dios es el comienzo de todo lo auspicioso y de toda la felicidad para el alma condicionada.
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