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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 11, Historia general >> << 3 - Liberación de la energía ilusoria >> <<VERSO 45 >>
nācared yas tu vedoktaṁ svayam ajño ’jitendriyaḥ vikarmaṇā hy adharmeṇa mṛtyor mṛtyum upaiti saḥ
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Si una persona ignorante que no ha conquistado los sentidos materiales no se adhiere a los preceptos védicos, sin duda se dedicará a actividades pecaminosas e irreligiosas. De ese modo, su recompensa será el nacimiento y la muerte repetidos.
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SIGNIFICADO
 | En el verso anterior se afirmó que, aunque en los Vedas se prescriben actividades fruitivas, el verdadero objetivo de la vida humana es liberarse de todas las actividades materialistas. Por lo tanto, se puede concluir que no hay necesidad de realizar los rituales védicos, que ofrecen la complacencia regulada de los sentidos. Pero una persona ignorante, en otras palabras, alguien que no entiende que no es el cuerpo material, sino un alma espiritual eterna, parte integral de Kṛṣṇa, invariablemente será incapaz de controlar los impulsos de los sentidos materiales. Por lo tanto, si esa persona con inclinación material hace caso omiso de los mandamientos védicos que administran la complacencia regulada de los sentidos, seguramente caerá en la complacencia no regulada de los sentidos en pāpa, vida pecaminosa. Por ejemplo, a quienes están afectados por el deseo sexual se les ordena aceptar el vivāha-yajña, ceremonia religiosa de matrimonio. A menudo vemos que, debido al orgullo falso, un supuesto brahmacārī, estudiante célibe del conocimiento védico, rechaza la ceremonia de matrimonio como si fuera māyā, ilusión material. Si este estudiante célibe no es capaz de controlar sus sentidos, indudablemente se degradará y acabará dedicándose a la vida sexual ilícita, que no tiene ninguna relación con la cultura védica. De la misma manera, a un neófito en el proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa se le anima a comer kṛṣṇa-prasādam hasta quedar completamente satisfecho. A veces, un practicante inmaduro del bhakti-yoga trata de hacer alarde de unos hábitos alimentarios severos y al final cae en la tentación de comer alimentos abominables y no regulados.
|  | Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, las palabras mṛtyor mṛtyum upaiti significan que el señor de la muerte, Yamarāja, concede a la persona pecadora un boleto gratis al infierno. Esto también se describe en los Vedas de la siguiente manera: mṛtyum āpadyate ardyamānaḥ sva-karmabhiḥ. «Las personas que se causan un dolor intenso con sus actividades materialistas no obtienen alivio en el momento de la muerte, pues se las coloca nuevamente en una situación en la que la muerte se producirá». Por lo tanto, las actividades rituales védicas, como la ceremonia nupcial o el disfrute de un suntuoso yajña-śiṣṭa, los restos de la comida de sacrificios, no deben ser abandonadas por aquellos cuyos sentidos aún no están controlados.
|  | El verso anterior dio el ejemplo de un padre que le da caramelos a su hijo para inducirlo a tomar una medicina. Si el niño rechaza la oferta del padre, pensando que los caramelos son innecesarios, también pierde la oportunidad de tomar la medicina que lo curará. De manera similar, si una persona materialista rechaza los mandamientos védicos que administran la complacencia prescrita de los sentidos, no se purificará, sino que se degradará aún más. Śrīla Jīva Gosvāmī describe a la persona materialista como aquella cuya mente e inteligencia no están fielmente fijadas en el mensaje de la Suprema Personalidad de Dios. En el Bhagavad-gītā, Śrī Bhagavān, el Señor Kṛṣṇa, da explicaciones maravillosas a las almas condicionadas, representadas por Arjuna, acerca del verdadero objetivo de la vida. Aquel que no puede fijar su mente en estas instrucciones debe ser considerado una persona materialista que tiene inclinación hacia las actividades pecaminosas y que, por lo tanto, debe someterse a los preceptos védicos habituales. Esos preceptos védicos, aunque fruitivos, se consideran puṇya, piadosos, según Śrīla Jīva Gosvāmī, quien las realice estrictamente no irá al infierno. El propio Señor Kṛṣṇa afirma en el Bhāgavatam (11.20.9):
|  | «Uno debe continuar realizando las actividades rituales védicas hasta que uno realmente se desapegue de la gratificación material de los sentidos y desarrolle la fe para escuchar y cantar acerca de Mí».
|  | Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura explica que los Vedas prescriben que uno se levante temprano en la mañana, se bañe y cante el mantra Gāyatrī. Si uno abandona artificialmente esta vida disciplinada y regulada, gradualmente se volverá víctima de actividades para la complacencia burda de los sentidos, tales como comer en restaurantes y entregarse a relaciones ilícitas con mujeres. Al perder así el control de sus sentidos, se vuelve como un animal, ocupándose desde temprano en la mañana hasta la noche en actividades peligrosas. Śrīla Madhvācārya comenta al respecto: ajñaḥ sann ācarann api. Aunque se encuentre en estado de ignorancia, uno continúa actuando sin considerar el resultado futuro de sus actividades. Esa indiferencia hacia el resultado futuro de sus actividades se describe en el Bhagavad-gītā como un síntoma de la modalidad de la ignorancia. Así como un hombre inteligente no conducirá su automóvil por una autopista si sabe que la autopista lo llevará a un peligro, un hombre inteligente no realizará actividades no védicas si sabe que el resultado final será el desastre que se describe aquí con las palabras mṛtyor mṛtyum upaiti. Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura afirma que en ocasiones las personas ignorantes piensan que después de la muerte uno alcanza automáticamente la paz eterna. En realidad, debido a las poderosas reacciones de nuestras actividades pecaminosas, uno llega a una condición sumamente inquietante, pues uno debe sufrir miserias infernales a cambio de los magros frutos temporales del trabajo material. Esas reacciones infernales ocurren no una sola vez, sino perpetuamente, mientras uno sea indiferente a los mandamientos védicos.
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