Śrīmad-Bhāgavatam
<< Canto 11, Historia general >>
<< 3 - Liberación de la energía ilusoria >>
<<VERSO 21 >>

tasmād guruṁ prapadyeta
jijñāsuḥ śreya uttamam
śābde pare ca niṣṇātaṁ
brahmaṇy upaśamāśrayam

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Por lo tanto, toda persona que desee seriamente la felicidad verdadera debe buscar un maestro espiritual genuino y refugiarse en él mediante la iniciación. La cualificación del guru genuino es que ha comprendido las conclusiones de las Escrituras mediante la deliberación y es capaz de convencer a los demás de esas conclusiones. Estas grandes personalidades, que se refugian en el Dios Supremo, dejando de lado todas las consideraciones materiales, deben ser consideradas maestros espirituales genuinos.

SIGNIFICADO

Según Śrīla Śrīdhara Svāmī, la palabra śābde se refiere a la literatura védica, pare se refiere a la Suprema Personalidad de Dios. El maestro espiritual genuino debe ser niṣṇātam, profundamente experimentado en las Escrituras védicas autorizadas y en la comprensión práctica de la Suprema Personalidad de Dios. Sin conocimiento de las Escrituras y comprensión práctica de la Personalidad de Dios, un supuesto guru será incapaz de disipar las dudas de sus discípulos y por lo tanto, incapaz de ejecutar la función de llevar al estudiante sincero de regreso al hogar, de vuelta a Dios. El síntoma de la comprensión completa de los Vedas y de Kṛṣṇa es upaśamāśrayam. En otras palabras, el maestro espiritual genuino es aquel que se aparta de las brillantes ilusiones de la sociedad materialista, la amistad y el amor.

Sin duda en el mundo material uno se siente atraído a convertirse en un gran intelectual, un político poderoso, el padre amoroso de muchos niños hermosos y cariñosos, un trabajador social muy respetado o un hombre de negocios muy admirado y exitoso. Pero ninguna de estas posiciones materiales tiene una base permanente ni proporciona una felicidad permanente, porque todas se basan en el malentendido primario por el cual uno se identifica con el cuerpo material.

Cualquiera puede experimentar fácilmente que no es el cuerpo sino la conciencia. Incluso si uno pierde un miembro de su cuerpo, no deja de existir como entidad consciente. Finalmente, el cuerpo entero se pierde en el momento de la muerte y la entidad viviente adquiere un nuevo cuerpo. La comprensión preliminar de la propia identidad como conciencia se llama autorrealización. Más allá de este conocimiento elemental está el tema elaborado de cómo el alma llegó a existir dentro del ciclo de las 8,400,000 especies materiales de vida. Si la entidad viviente no es el cuerpo material sino la conciencia, en última instancia debe tener un estado original en una plataforma superior.

El castigo también implica una recompensa; un hombre poderoso que puede castigar también puede recompensar. Por lo tanto, la existencia de un castigo para el ser viviente, que se ve obligado a adoptar un miserable cuerpo material sujeto al nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte, también implica lógicamente la existencia de una recompensa para él. Aunque erróneamente consideramos que la gratificación material de los sentidos es la recompensa máxima de la vida, en realidad la felicidad material es otro tipo de castigo, ya que lo incita a uno a seguir rotando en el ciclo de nacimiento y muerte. En los países occidentales, los prisioneros violentos son puestos en régimen de aislamiento, mientras que a los prisioneros de buena conducta a veces se les permite trabajar en el jardín o en la biblioteca del director como recompensa. Cualquier posición en la prisión es en última instancia un castigo. De manera similar, la existencia de categorías superiores e inferiores de gratificación material de los sentidos no explica la recompensa máxima de la entidad viviente, que debe constituir la antítesis natural del castigo de la existencia material. Esa verdadera recompensa es una vida eterna de bienaventuranza y conocimiento en el reino de Dios, donde no hay castigo. El reino de Dios es Vaikuṇṭha, placer incondicional. En el mundo espiritual no hay castigo; es un lugar de placer cada vez mayor.

Un maestro espiritual genuino es aquel que es experto en todos estos temas, no por su imaginación o especulación personal, sino por su madura comprensión de las Escrituras védicas autorizadas, que son la manifestación literaria de la misericordia sin causa de Dios. El Señor dice en el Bhagavad-gītā (9.3):

aśraddadhānāḥ puruṣā
dharmasyāsya parantapa
aprāpya māṁ nivartante
mṛtyu-saṁsāra-vartmani


«¡oh, conquistador de enemigos! aquellos que no son fieles en el sendero del servicio devocional no pueden alcanzarme, sino que regresan al nacimiento y la muerte en este mundo material».



Por lo tanto, el maestro espiritual debe despertar al discípulo a la existencia eterna del servicio devocional. Se puede dar el ejemplo de que, por la mañana temprano, una madre puede entrar en la habitación de su hijo para despertarlo para que pueda asistir a la escuela. El niño no quiere levantarse, pero la amorosa madre lo obliga a levantarse y lo envía a la escuela para que reciba educación. De manera similar, el maestro espiritual genuino despierta al alma dormida y la envía al gurukula o al āśrama del maestro espiritual, donde puede ser entrenada en el conocimiento perfecto.

Si el discípulo tiene dudas acerca del valor del proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa, el maestro espiritual genuino debe disipar esas dudas mediante un conocimiento superior. Aquel que dude de la autoridad de Kṛṣṇa o del conocimiento védico no puede convertirse en un maestro espiritual genuino. Por otra parte, kibā vipra, kibā nyāsī, śūdra kena naya/ yei kṛṣṇa-tattva-vettā, sei ‘guru’ haya: cualquier ser humano de cualquier nivel social o económico puede convertirse en un maestro espiritual genuino si conoce la ciencia de Kṛṣṇa. Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo:

yāre dekha, tāre kaha ‘kṛṣṇa’-upadeśa
āmāra ājñāya guru hañā tāra ei deśa


«Enséñale a todos a seguir las órdenes del Señor Śrī Kṛṣṇa tal como se dan en el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam. De esa manera, vuélvanse maestros espirituales y traten de liberar a todos en esta tierra».

(Śrī Caitanya-caritāmṛta Madhya 7.128)

Sólo por la orden y autoridad del Señor Supremo uno puede convertirse en un maestro espiritual, no por su propia supuesta erudición.

El deber del guru genuino es poner en contacto al discípulo con Kṛṣṇa. Un erudito o meditador no tiene la capacidad de poner en contacto a otro ser viviente con Kṛṣṇa si ese mismo erudito o meditador no está en contacto con Kṛṣṇa. Aunque muchos aficionados a los deportes asisten a competiciones de gimnasia y aplauden las exhibiciones de difíciles proezas calisténicas, la Suprema Personalidad de Dios no es un espectador de esa clase de gimnasia y no aplaude las calistenias que exhiben personas necias en nombre del yoga. La Suprema Personalidad de Dios tampoco se impresiona con los intentos mediocres de especulación filosófica, pues el Señor ya dio Su propia opinión en el Bhagavad-gītā (śṛṇu me paramaṁ vacaḥ). La palabra de Kṛṣṇa es paramaṁ vacaḥ, la última palabra en conocimiento. Kṛṣṇa dice, yaj jñātvā neha bhūyo ’nyaj jñātavyam avaśiṣyate: «Cuando conozcas este conocimiento, no quedará nada más por saber». Kṛṣṇa también se refiere a Su conocimiento como rāja-vidyā, el rey de todo el conocimiento.

Si uno no se vuelve amante de Kṛṣṇa, su conexión con Kṛṣṇa se produce indirectamente, a través de la potencia ilusoria del Señor. La idea de que uno puede atraer al Señor Supremo mediante mera gimnasia o especulación tonta acerca de la Verdad Absoluta sin duda es un producto de māyā. Aquel que está conectado con Kṛṣṇa a través de Su potencia ilusoria externa, sólo puede servir como un maestro material para conectar a sus supuestos discípulos con la misma energía ilusoria. Por otra parte, en el Bhagavad-gītā (9.13) se dice:

mahātmānas tu māṁ pārtha
daivīṁ prakṛtim āśritāḥ
bhajanty ananya-manaso
jñātvā bhūtādim avyayam


Quienes son verdaderamente grandes almas se entregan a la potencia interna del Señor, de manera similar pueden conectar a otros con la potencia interna dadora de placer. En el Bhagavad-gītā se describe a un mahātmā de la siguiente manera: vāsudevaḥ sarvam iti sa mahātmā sudurlabhaḥ. “Él sabe que Yo soy la causa de todas las causas y de todo lo que existe. Una alma tan grande es muy poco común”. Es a ese maestro espiritual, que ha alcanzado la comprensión madura de que Vāsudeva lo es todo, a quien uno debe entregarse. Según Śrī Nārada Muni, yo vidvān sa gurur hariḥ: Esa gran alma debe ser considerada la manifestación externa del propio Kṛṣṇa. Kṛṣṇa también afirma esto:

ācāryaṁ māṁ vijānīyān
nāvamanyeta karhicit
na martya-buddhyāsūyeta
sarva-devamayo guruḥ


«Uno debe saber que el ācārya es Yo mismo y nunca faltarle el respeto de ninguna manera. Uno no debe envidiarlo, creyéndolo un hombre común, pues él es el representante de todos los semidioses».

(Śrīmad-Bhāgavatam 11.17.27)

Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, si un maestro espiritual no puede destruir las dudas de su discípulo mediante un conocimiento superior, éste se irá desanimando poco a poco en la vida espiritual. Como un falso guru no puede darle realmente a Kṛṣṇa al discípulo conforme al principio de rasa-varjaṁ raso ’py asya, el discípulo volverá a sentirse atraído por la felicidad material, al no alcanzar la bienaventuranza de la compañía de Kṛṣṇa. Ese discípulo débil de un maestro espiritual débil se irá desesperando y desalentando poco a poco en su intento de autorrealización y volverá a quedar fascinado por las tentaciones de la ilusión, como las mujeres, el dinero y la supuesta intelectualidad basada en la especulación y la imaginación.

En el Upadeśāmṛta (1) se dan otros síntomas del maestro espiritual genuino, como sigue:

vāco vegaṁ manasaḥ krodha-vegaṁ
jihvā-vegam udaropastha-vegam
etān vegān yo viṣaheta dhīraḥ
sarvām apīmāṁ pṛthivīṁ sa śiṣyāt


«Una persona sobria que puede tolerar el impulso de hablar, las exigencias de la mente, las acciones de la ira y los impulsos de la lengua, el vientre y los genitales, está calificada para hacer discípulos en todo el mundo».



Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura afirma: upaśamāśrayaṁ krodha-lobhādy-avaśī-bhūtam: un maestro espiritual genuino no puede estar bajo el control de la ira, la codicia y la lujuria ordinarias.

Según Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, aquel que comprende la futilidad de la existencia material puede acudir a un maestro espiritual genuino. En los dos versos anteriores se describe la futilidad de la complacencia de los sentidos terrenales y celestiales. Ahora bien, la conclusión natural es que aquel que comprende esto debe acudir a un maestro espiritual genuino. El maestro espiritual genuino transmite la vibración sonora de los planetas espirituales llamados Vaikuṇṭha. Ciertamente los habitantes de los planetas espirituales, encabezados por la Suprema Personalidad de Dios, no son sordos ni mudos; están en constante comunicación a través de la dicha y el conocimiento trascendentales ilimitados. El maestro espiritual genuino puede transmitir esa vibración sonora de dicha y conocimiento a su discípulo. Tal como una radio transmite noticias mundanas, el guru genuino transmite las noticias de Vaikuṇṭha. Esto lo confirma Narottama dāsa Ṭhākura: golokera prema-dhana, hari-nāma-saṅkīrtana. El maestro espiritual también transmite al discípulo el santo nombre de Kṛṣṇa, que no es diferente de Kṛṣṇa mismo. El guru genuino informa a su discípulo que toda entidad viviente es cualitativamente una con el Señor Supremo, pero cuantitativamente diferente, de ese modo, ocupa al discípulo en el servicio amoroso del Señor. Como la entidad viviente es cualitativamente una con el Señor y es parte de Él, existe una relación amorosa eterna entre ellos. Y como la entidad viviente es cuantitativamente diferente, esta relación es eternamente de servicio. Según Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, aunque uno tenga la buena fortuna de aceptar a un guru genuino y altamente calificado, si mantiene el gusto por las actividades fruitivas o la especulación mental, su avance se verá frenado. Pero si un estudiante serio se entrega a un maestro espiritual genuino, no hay absolutamente ningún impedimento para la transmisión del conocimiento perfecto y la bienaventuranza en el servicio devocional del Señor.

Dona al Bhaktivedanta Library