Śrīmad-Bhāgavatam
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iti sarvāṇi bhūtāni
mad-bhāvena mahā-dyute
sabhājayan manyamāno
jñānaṁ kevalam āśritaḥ
brāhmaṇe pukkase stene
brahmaṇye ’rke sphuliṅgake
akrūre krūrake caiva
sama-dṛk paṇḍito mataḥ

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

¡Oh, brillante Uddhava!, aquel que ve a todas las entidades vivientes con la idea de que Yo estoy presente en cada una de ellas y que, al refugiarse en este conocimiento divino, ofrece el debido respeto a todos, es considerado verdaderamente sabio. Un hombre así ve por igual al brāhmaṇa y al paria; al ladrón y al caritativo promotor de la cultura brahmínica; al Sol y a las diminutas chispas de fuego; al amable y al cruel.

SIGNIFICADO

Aquí se expone una serie de opuestos, a saber, al brāhmaṇa de clase alta y al aborigen de clase baja; al ladrón que roba a personas respetables y al que respeta la cultura brahmínica y da caridad a los brāhmaṇas; al todopoderoso Sol y la chispa insignificante; por último, al bondadoso y al cruel. Por lo general, la capacidad de distinguir entre esos opuestos nos califica como inteligentes. ¿Cómo, entonces, puede el Señor afirmar que el hecho de pasar por alto esas diferencias obvias nos convierte en hombres sabios? La respuesta la dan las palabras mad-bhāvena: una persona sabia ve a la Suprema Personalidad de Dios dentro de todo. Por lo tanto, aunque externamente percibe y se ocupa de las diversas situaciones materiales, un hombre sabio está más impresionado y preocupado por la abrumadora unidad de toda la existencia, que se basa en la presencia del Señor Supremo dentro de todo. Como se explica aquí, una persona verdaderamente sabia no está limitada a la discriminación material superficial.

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