Śrīmad-Bhāgavatam
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etāvān ātma-sammoho
yad vikalpas tu kevale
ātman ṛte svam ātmānam
avalambo na yasya hi

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Cualquier aparente dualidad que se perciba en el ser no es más que la confusión de la mente. De hecho, esa supuesta dualidad no tiene ninguna base en la que apoyarse, aparte de la propia alma.

SIGNIFICADO

Como se explica en el verso 33 de este capítulo, el ser eterno no se da por sentado ni se pierde, ya que toda entidad viviente es una realidad eterna. Aquí la palabra vikalpa, «dualidad», se refiere a la idea errónea de que el alma espiritual está compuesta en parte de materia en la forma del cuerpo burdo o la mente sutil. Por eso las personas necias consideran que el cuerpo material o la mente son un componente intrínseco o fundamental del ser. De hecho, la entidad viviente es espíritu puro, sin ningún matiz de materia. En consecuencia, el ego falso, que se genera por la identificación falsa con la materia, es una identidad equivocada impuesta al alma espiritual pura. El sentido del ego, del «yo soy» —en otras palabras, el sentido de la propia identidad individual— proviene del alma espiritual, porque no hay otra base posible para esa autoconciencia. Al estudiar el falso sentido del ego, uno puede entender analíticamente que existe un ego puro, que se expresa con las palabras ahaṁ brahmāsmi, «yo soy alma espiritual pura». De manera similar, se puede entender fácilmente que existe un alma espiritual suprema, la Personalidad de Dios, quien es el controlador omnisciente de todo. Esa comprensión en el proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa constituye el conocimiento perfecto, tal como aquí lo describe el Señor.

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