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Śrīmad-Bhāgavatam Canto 11 - Historia general << 23 - La canción del brāhmaṇa Avantī >>
11.23.1 | | Śukadeva Gosvāmī dijo: El Señor Mukunda, el jefe de los Dāśārhas, después de recibir este respetuoso pedido del mejor de Sus devotos, Śrī Uddhava, en primer lugar reconoció la idoneidad de las afirmaciones de su sirviente. Entonces, el Señor, cuyas gloriosas hazañas son las más dignas de ser escuchadas, comenzó a responderle. | | 11.23.2 | | El Señor Śrī Kṛṣṇa dijo: ¡Oh, discípulo de Bṛhaspati!, prácticamente no hay ningún hombre santo en este mundo capaz de tranquilizar su propia mente después de que esta haya sido perturbada por las palabras insultantes de hombres incivilizados. | | 11.23.3 | | Las flechas afiladas que atraviesan el pecho y llegan al corazón no causan tanto sufrimiento como las flechas de palabras duras e insultantes que se alojan en el corazón cuando son pronunciadas por hombres incivilizados. | | 11.23.4 | | Mi querido Uddhava, a este respecto se cuenta una historia sumamente piadosa, ahora te la relataré. Por favor, escucha con atención. | | 11.23.5 | | En una ocasión, un sannyāsī fue insultado de muchas maneras por hombres impíos. Sin embargo, con determinación recordó que estaba sufriendo el fruto de su propio karma anterior. Te narraré su historia y lo que dijo. | | 11.23.6 | | En el país de Avantī vivía un brāhmaṇa muy rico, dotado de todas las opulencias y que se dedicaba al comercio, pero era una persona avara, lujuriosa, codiciosa y muy propensa a la ira. | | 11.23.7 | | En su casa, carente de religiosidad y de lícita complacencia de los sentidos, los miembros de la familia y los invitados nunca eran respetados como era debido, ni siquiera con palabras. Ni siquiera permitía la satisfacción suficiente de su propio cuerpo en los momentos adecuados. | | 11.23.8 | | Como era tan duro de corazón y tan avaro, sus hijos, suegros, esposa, hijas y sirvientes comenzaron a sentir hostilidad hacia él. Sintiéndose disgustados, nunca lo trataron con afecto. | | 11.23.9 | | De esta manera, las deidades regentes de los cinco sacrificios familiares se enojaron con el brāhmaṇa, quien, siendo tacaño, cuidaba su riqueza como un Yakṣa que no tendrá ningún buen destino ni en este mundo ni en el siguiente, estaba totalmente privado de religiosidad y disfrute de los sentidos. | | 11.23.10 | | ¡Oh, magnánimo Uddhava! por su descuido hacia estos semidioses, agotó su reserva de piedad y toda su riqueza. La acumulación de sus repetidos y exhaustivos esfuerzos se perdió por completo. | | 11.23.11 | | ¡Mi querido Uddhava! parte de la riqueza de este supuesto brāhmaṇa fue arrebatada por sus parientes, parte por los ladrones, parte por los caprichos de la providencia, parte por los efectos del tiempo, parte por hombres comunes y parte por las autoridades gubernamentales. | | 11.23.12 | | Finalmente, cuando perdió por completo sus bienes, aquel que nunca practicó la religiosidad ni disfrutó de los sentidos, fue ignorado por los miembros de su familia, por lo que comenzó a sentir una ansiedad insoportable. | | 11.23.13 | | Habiendo perdido toda su riqueza, sintió un gran dolor y lamentación. Su garganta se ahogó en lágrimas y meditó largo tiempo sobre su fortuna. Entonces lo invadió un poderoso sentimiento de renuncia. | | 11.23.14 | | El brāhmaṇa habló de la siguiente manera: ¡Oh, qué gran desgracia! Simplemente me atormenté inútilmente, luchando tan arduamente por un dinero que ni siquiera estaba destinado a la religiosidad ni al disfrute material. | | 11.23.15 | | Generalmente, la riqueza de los avaros nunca les otorga felicidad. En esta vida les causa tormento y cuando mueren los envía al infierno. | | 11.23.16 | | Toda la fama pura que poseen los famosos y todas las cualidades dignas de elogio que se encuentran en los virtuosos son destruidas incluso por una pequeña cantidad de codicia, así como la atractiva belleza física de una persona es arruinada por un rastro de lepra blanca. | | 11.23.17 | | En la ganancia, consecución, aumento, protección, gasto, pérdida y disfrute de la riqueza, todos los hombres experimentan gran trabajo, miedo, ansiedad y engaño. | | 11.23.18-19 | | El robo, la violencia, la mentira, la duplicidad, la lujuria, la ira, la confusión, el orgullo, las riñas, la enemistad, la infidelidad, la envidia, los peligros que causan las mujeres, el juego y la embriaguez son las quince cualidades indeseables que contaminan a los hombres debido a la codicia por la riqueza. Aunque estas cualidades son indeseables, los hombres les atribuyen un falso valor. Por lo tanto, quien desee alcanzar el verdadero beneficio de la vida debe mantenerse alejado de la indeseable riqueza material. | | 11.23.20 | | Incluso los hermanos, la esposa, los padres y los amigos de un hombre unidos a él en amor romperán inmediatamente sus relaciones afectivas y se convertirán en enemigos por una sola moneda. | | 11.23.21 | | Por una pequeña suma de dinero, estos parientes y amigos se ponen muy nerviosos y su ira se enciende. Actúan como rivales, abandonan rápidamente todo sentimiento de buena voluntad y rechazan a cualquiera en cualquier momento, incluso hasta el punto de cometer un asesinato. | | 11.23.22 | | Aquellos que obtienen la vida humana, por la cual ruegan incluso los semidioses, que en ese nacimiento humano se sitúan como brāhmaṇas de primera clase, son sumamente afortunados. Si desatienden esta importante oportunidad, ciertamente están matando su propio interés personal, de ese modo logran un final sumamente desafortunado. | | 11.23.23 | | Alcanzando esta vida humana, que es la puerta de entrada al cielo y a la liberación, ¿qué hombre mortal se apegaría voluntariamente a esta morada de inutilidad, a esta propiedad material? | | 11.23.24 | | Quien no distribuye su riqueza entre los accionistas adecuados —los semidioses, los sabios, los antepasados y las entidades vivientes comunes, así como sus parientes inmediatos, sus suegros y su propio ser— está manteniendo su riqueza simplemente como un Yakṣa y caerá. | | 11.23.25 | | Las personas con discernimiento son capaces de utilizar su dinero, su juventud y su fuerza para alcanzar la perfección. Pero yo los malgasté febrilmente en el inútil empeño de conseguir más riquezas. Ahora que soy viejo, ¿qué puedo lograr? | | 11.23.26 | | ¿Por qué un hombre inteligente tiene que sufrir por sus constantes y diferentes esfuerzos por conseguir riqueza? En verdad que todo el mundo está desconcertado por la potencia ilusoria de alguien. | | 11.23.27 | | Para quien está en las garras de la muerte, ¿de qué le sirve la riqueza o aquellos que la ofrecen, la gratificación de los sentidos o aquellos que la ofrecen, en realidad, cualquier tipo de actividad fruitiva, que simplemente hace que uno vuelva a nacer en el mundo material? | | 11.23.28 | | La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Hari, quien contiene en Sí a todos los semidioses, debe estar satisfecho conmigo. En realidad que Él me llevó a esta condición de sufrimiento y me obligó a experimentar el desapego, que es el barco que me llevará a través de este océano de la vida material. | | 11.23.29 | | Si me queda algo de tiempo de vida, haré austeridades y obligaré a mi cuerpo a subsistir con lo estrictamente necesario. Sin más confusión, perseguiré lo que constituye todo mi interés personal en la vida y permaneceré satisfecho en mi ser. | | 11.23.30 | | Que los semidioses que presiden estos tres mundos tengan la bondad de mostrarme su misericordia. En verdad, Mahārāja Khaṭvāṅga pudo alcanzar el mundo espiritual en un solo momento. | | 11.23.31 | | El Señor Śrī Kṛṣṇa continuó: Su mente determinó que este muy excelente brāhmaṇa de Avantī era capaz de desatar los nudos del deseo dentro de su corazón. Entonces asumió el papel de un sannyāsī mendicante, pacífico y silencioso. | | 11.23.32 | | Vagó por la Tierra manteniendo bajo control su inteligencia, sus sentidos y su aire vital. Viajó solo por varias ciudades y aldeas para pedir limosna. No hizo publicidad de su avanzada posición espiritual, por eso, no fue reconocido por los demás. | | 11.23.33 | | ¡Oh, bondadoso Uddhava!, viéndolo como un mendigo viejo y sucio, las personas alborotadoras lo deshonrarían con muchos insultos. | | 11.23.34 | | Algunas de estas personas le quitaban su bastón de sannyāsī, otras el cántaro que usaba como cuenco para pedir limosna, algunas le quitaban su asiento de piel de ciervo, otras su rosario y algunas le robaban su ropa desgarrada y andrajosa. Mostrándole estas cosas, pretendían ofrecérselas de vuelta, pero entonces las volvían a esconder. | | 11.23.35 | | Cuando estaba sentado en la orilla de un río a punto de comer la comida que recogió mendigando, esos sinvergüenzas pecadores llegaban y orinaban sobre de ella y se atrevían a escupirle en la cabeza. | | 11.23.36 | | Aunque hizo voto de silencio, trataban de obligarlo a hablar, si no hablaba, lo golpeaban con palos. Otros lo reprendían, diciendo: «Este hombre no es más que un ladrón». Otros lo ataban con cuerdas, gritando: «¡Átenlo! ¡Átenlo!» | | 11.23.37 | | Lo criticaban y lo insultaban diciendo: «Este hombre es un hipócrita y un tramposo. Hace negocio con la religión solamente porque perdió toda su riqueza y su familia lo echó de casa». | | 11.23.38-39 | | Algunos lo ridiculizaban diciendo: «¡Miren a este poderoso sabio! Es tan firme como los Himalayas. Mediante la práctica del silencio se esfuerza por alcanzar su meta con gran determinación, tal como una garza». Otras personas le echaban aire fétido, en ocasiones otros lo encadenaban y lo mantenían cautivo como a un animal doméstico. | | 11.23.40 | | El brāhmaṇa comprendió que todo su sufrimiento —de los demás seres vivos, de las fuerzas superiores de la naturaleza y de su propio cuerpo— era inevitable, pues le fue asignado por la providencia. | | 11.23.41 | | Incluso mientras era insultado por estos hombres de clase baja que intentaban provocar su caída, él permaneció firme en sus deberes espirituales. Fijando su resolución en la modalidad de la bondad, comenzó a cantar la siguiente canción. | | 11.23.42 | | El brāhmaṇa dijo: Estas personas no son la causa de mi felicidad ni de mi aflicción. Tampoco lo son los semidioses, mi propio cuerpo, los planetas, mi trabajo pasado o el tiempo. Más bien, es únicamente la mente la que causa la felicidad, la aflicción y perpetúa la rotación de la vida material. | | 11.23.43 | | La poderosa mente activa las funciones de las modalidades materiales, de las cuales surgen los diferentes tipos de actividades materiales en las modalidades de la bondad, la ignorancia y la pasión. De las actividades en cada una de estas modalidades surgen los correspondientes estados de vida. | | 11.23.44 | | Aunque la Superalma está presente junto con la mente que lucha dentro del cuerpo material, no se está esforzando, porque ya está dotada de iluminación trascendental. Actuando como mi amigo, simplemente es testigo desde Su posición trascendental. Por otro lado, Yo, el alma espiritual infinitesimal abracé esta mente, que es el espejo que refleja la imagen del mundo material. De ese modo, me dedico a disfrutar de los objetos del deseo y estoy enredado debido al contacto con las modalidades de la naturaleza. | | 11.23.45 | | La caridad, los deberes prescritos, la observancia de los principios regulativos mayores y menores, la escucha de las escrituras, las obras piadosas y los votos purificadores tienen como objetivo final el sometimiento de la mente. De hecho, la concentración de la mente en el Supremo es el yoga más elevado. | | 11.23.46 | | Si la mente de uno está perfectamente fija y pacificada, entonces dígame, ¿qué necesidad tiene uno de realizar caridades rituales y otros ritos piadosos? Si la mente de uno permanece sin control, perdida en la ignorancia, entonces, ¿de qué le sirven estas ocupaciones? | | 11.23.47 | | Todos los sentidos han estado bajo el control de la mente desde tiempos inmemoriales, la misma mente nunca ha estado bajo el dominio de ningún otro. Ella es más fuerte que el más fuerte, su poder divino es temible. Por lo tanto, quienquiera que pueda poner la mente bajo control se convierte en el amo de todos los sentidos. | | 11.23.48 | | Al no poder vencer a este enemigo irreprimible, la mente, cuyos impulsos son intolerables y que atormentan el corazón, muchas personas se quedan completamente desconcertadas y crean disputas inútiles con los demás. Así, llegan a la conclusión de que los demás son sus amigos, sus enemigos o personas que les son indiferentes. | | 11.23.49 | | Las personas que se identifican con este cuerpo, que simplemente es el producto de la mente material, están cegadas en su inteligencia, pensando en términos de «yo» y «mío». Debido a su ilusión de «esto soy yo, pero eso es otra persona», deambulan en una obscuridad sin fin. | | 11.23.50 | | Si dices que estas personas son la causa de mi felicidad y angustia, ¿dónde está el lugar del alma en tal concepción? Esta felicidad y angustia no pertenecen al alma sino a las interacciones de los cuerpos materiales. Si alguien se muerde la lengua con sus propios dientes, ¿con quién puede enojarse en su sufrimiento? | | 11.23.51 | | Si dices que los semidioses que gobiernan los sentidos corporales causan sufrimiento, ¿cómo puede aplicarse ese sufrimiento al alma espiritual? Esta acción y el ser afectado son meras interacciones de los cambiantes sentidos y sus deidades rectoras. Cuando un miembro del cuerpo ataca a otro, ¿con quién puede estar enojada la persona que está en ese cuerpo? | | 11.23.52 | | Si el alma misma fuera la causa de la felicidad y la aflicción, entonces no podríamos culpar a los demás, ya que la felicidad y la aflicción serían simplemente la naturaleza del alma. Según esta teoría, nada existe realmente excepto el alma, si percibimos algo además del alma, eso sería una ilusión. Por lo tanto, ya que la felicidad y la aflicción no existen realmente en este concepto, ¿por qué enojarse con uno mismo o con los demás? | | 11.23.53 | | Si examinamos la hipótesis de que los planetas son la causa inmediata del sufrimiento y la felicidad, entonces también ¿dónde está la relación con el alma, que es eterna? Después de todo, el efecto de los planetas se aplica solo a las cosas que nacieron. Además los expertos astrólogos explican que los planetas solo se causan dolor entre sí. Por lo tanto, dado que la entidad viviente es distinta de estos planetas y del cuerpo material, ¿contra quién debería descargar su ira? | | 11.23.54 | | Si asumimos que el trabajo fruitivo es la causa de la felicidad y la aflicción, todavía no estamos tratando con el alma. La idea del trabajo material surge cuando hay un actor espiritual que es consciente y un cuerpo material que experimenta la transformación de la felicidad y la aflicción como reacción a dicho trabajo. Como el cuerpo no tiene vida, no puede ser el verdadero receptor de la felicidad y la aflicción, ni tampoco puede hacerlo el alma, que en última instancia es completamente espiritual y está separada del cuerpo material. Como el karma no tiene una base fundamental ni en el cuerpo ni en el alma, ¿con quién puede enojarse uno? | | 11.23.55 | | Si aceptamos el tiempo como la causa de la felicidad y la aflicción, esa experiencia no puede aplicarse al alma espiritual, ya que el tiempo es una manifestación de la potencia espiritual del Señor y las entidades vivientes también son expansiones de la potencia espiritual del Señor que se manifiesta a través del tiempo. Ciertamente, el fuego no quema sus propias llamas o chispas, ni el frío daña sus propios copos de nieve o granizo. De hecho, el alma espiritual es trascendental y está más allá de la experiencia de la felicidad y la aflicción material. Entonces, ¿con quién debería uno enojarse? | | 11.23.56 | | El ego falso da forma a la existencia material ilusoria, por lo tanto, experimenta felicidad y aflicción materiales. Sin embargo el alma espiritual es trascendental a la naturaleza material; realmente nunca puede verse afectada por la felicidad y la aflicción materiales en ningún lugar, bajo ninguna circunstancia ni por la acción de ninguna persona. Una persona que comprende esto no tiene absolutamente nada que temer de la creación material. | | 11.23.57 | | Cruzaré el océano infranqueable de la nesciencia al mantenerme firmemente fijo en el servicio de los pies de loto de Kṛṣṇa. Esto fue aprobado por los ācāryas anteriores, quienes estaban fijos en la firme devoción al Señor, Paramātmā, la Suprema Personalidad de Dios. | | 11.23.58 | | El Señor Śrī Kṛṣṇa dijo: De esta manera, este sabio, desapegado por la pérdida de su propiedad, abandonó su mal humor. Dejó su hogar, tomó sannyāsa y comenzó a viajar por la Tierra. Incluso cuando fue insultado por necios sinvergüenzas, permaneció firme en su deber y cantó esta canción. | | 11.23.59 | | Ninguna otra fuerza, aparte de su propia confusión mental, hace que el alma experimente felicidad y aflicción. Su percepción de amigos, partes neutrales, enemigos y toda la vida material que construye en torno a esta percepción son simplemente producto de la ignorancia. | | 11.23.60 | | Mi querido Uddhava, si fijas tu inteligencia en Mí, podrás controlar completamente tu mente. Ésta es la esencia de la ciencia del yoga. | | 11.23.61 | | Quienquiera que escuche o recite a otros este canto del sannyāsī, que presenta el conocimiento científico del Absoluto y que así medite en él con plena atención, nunca más será abrumado por las dualidades de la felicidad y la aflicción materiales. | |
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