Śrīmad-Bhāgavatam
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anādy-avidyā-yuktasya
puruṣasyātma-vedanam
svato na sambhavād anyas
tattva-jño jñāna-do bhavet

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

Debido a que una persona que ha estado cubierta por la ignorancia desde tiempos inmemoriales no es capaz de lograr su propia autorrealización, debe haber alguna otra personalidad que tenga el conocimiento real de la Verdad Absoluta y pueda impartirle este conocimiento.

SIGNIFICADO

Aunque el Señor tolera diferentes métodos de calcular las causas materiales dentro de sus efectos y los efectos materiales dentro de sus causas, no puede haber ninguna especulación con respecto a los dos elementos espirituales que se encuentran en este universo, es decir, el alma individual y la Superalma. En este verso el Señor Kṛṣṇa afirma claramente que la entidad viviente es incapaz de lograr su propia iluminación. El Señor Supremo es tattva-jña, omnisciente y jñāna-da, el maestro espiritual de todo el universo. Śrī Uddhava mencionó que algunos filósofos describen veinticinco elementos y otros veintiséis. La diferencia es que los veintiséis elementos incluyen una categoría separada para el alma individual y el Alma Suprema, el Señor Kṛṣṇa, mientras que los defensores de los veinticinco elementos fusionan artificialmente las dos categorías trascendentales de jīva-tattva y viṣṇu-tattva, ocultando la supremacía eterna de la Personalidad de Dios.

El conocimiento basado en las tres modalidades de la naturaleza material no puede elevarse al plano trascendental, donde la Personalidad de Dios existe como el disfrutador supremo de las eternas variedades espirituales de forma, color, sabor, sonidos musicales y relaciones amorosas. Los filósofos mundanos simplemente oscilan entre el disfrute material y la renunciación material. Siendo víctimas de la percepción māyāvāda (impersonal) de la Verdad Absoluta, no pueden alcanzar el refugio de la Personalidad de Dios, por lo tanto, no pueden entenderlo. Como los filósofos necios e impersonales se consideran supremos, son incapaces de apreciar que el servicio amoroso existe en el plano espiritual. Al rechazar obstinadamente la subordinación a la Personalidad de Dios, los impersonalistas finalmente son abrumados por la potencia ilusoria del Señor y sufren las miserias de la existencia material. Por otra parte los vaiṣṇavas no sienten envidia de la Personalidad de Dios. Ellos aceptan con gusto Su refugio y Su supremacía, así el Señor se hace cargo personalmente de Sus devotos y los ilumina, llenándolos con Su propia bienaventuranza trascendental. De esta manera, el servicio espiritual al Señor Supremo está libre de la decepción y la represión del servicio material.

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