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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 11, Historia general >> << 21 - El Señor Kṛṣṇa explica el camino védico >> <<VERSO 43 >>
māṁ vidhatte ’bhidhatte māṁ vikalpyāpohyate tv aham etāvān sarva-vedārthaḥ śabda āsthāya māṁ bhidām māyā-mātram anūdyānte pratiṣidhya prasīdati
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Yo soy el sacrificio ritualista que prescriben los Vedas y Yo soy la Deidad adorable. Yo soy quien se presenta en diversas hipótesis filosóficas y Yo solo soy quien después es refutado por el análisis filosófico. Así la vibración sonora trascendental establece que Yo soy el significado esencial de todo el conocimiento védico. Los Vedas, analizando detalladamente toda la dualidad material como nada más que Mi potencia ilusoria, finalmente niegan por completo esta dualidad y logran su propia satisfacción.
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SIGNIFICADO
 | El Señor declaró en el verso anterior que solo Él conoce el propósito supremo de los Vedas, ahora el Señor revela que solo Él es la base y el propósito supremo de todo el conocimiento védico. La sección karma-kāṇḍa de los Vedas prescribe los sacrificios rituales para ascender al cielo. Esos sacrificios son el propio Señor. De manera similar, la sección upāsanā-kāṇḍa de los Vedas designa a diferentes semidioses como objetos de adoración ritualista, esas deidades no son diferentes del propio Señor, pues son expansiones de Su cuerpo. En la sección jñāna-kāṇḍa de los Vedas se presentan y refutan diferentes métodos filosóficos de análisis. Ese conocimiento, que analiza la potencia del Señor Supremo, no es diferente de Él. En última instancia, el Señor Kṛṣṇa lo es todo, porque todo es parte integral de las multipotencias del Señor. Aunque la literatura védica tienta a aquellos absortos en la dualidad material a comenzar el modo de vida védico ofreciéndoles recompensas materialmente deseables, finalmente los Vedas refutan toda dualidad material al llevarlo a uno al estado de conciencia de Dios, en donde no hay nada diferente del Señor Supremo.
|  | En la literatura védica hay diversos mandamientos que establecen que en una determinada etapa de la vida uno debe abandonar los rituales fruitivos y emprender el sendero del conocimiento. De manera similar, otros mandamientos declaran que un alma autorrealizada debe abandonar el sendero del conocimiento especulativo y refugiarse directamente en la Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios. Pero en ninguna parte hay un mandamiento que recomiende que uno abandone el servicio amoroso del Señor, porque esa es la posición constitucional eterna de toda entidad viviente. En los Vedas se presentan y rechazan diferentes tesis filosóficas, ya que aquel que está progresando debe abandonar cada etapa anterior en el avance del conocimiento. Por ejemplo, a aquel que es adicto al disfrute sexual se le enseña a aceptar el matrimonio religioso y disfrutar del placer sexual con su esposa. Este conocimiento ritualista debe abandonarse cuando uno alcanza la etapa del desapego, en cuyo caso se le recomienda adoptar la orden de vida de renuncia. En esa etapa de la vida se le prohíbe ver o hablar con mujeres. Sin embargo, cuando se alcanza la perfección del proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa, en el cual el Señor se manifiesta en todas partes, se puede ocupar a todas las entidades vivientes, incluso a las mujeres, en el servicio amoroso del Señor sin peligro de caída espiritual. Así pues, en la literatura védica se presentan y refutan diferentes mandamientos basados en etapas progresivas de la visión espiritual. Puesto que todos esos mandamientos y procesos tienen como finalidad definitiva el logro del proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa, el servicio amoroso del Señor, no son diferentes del propio Señor Kṛṣṇa. Por lo tanto, el alma condicionada no debe detener prematuramente su marcha progresiva de regreso al hogar, de vuelta a Dios, por confundir tontamente una etapa intermedia o preliminar de avance con la verdadera meta de la vida. Hay que entender que la Suprema Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, es la fuente, el sustento y el lugar de descanso de todo y que toda entidad viviente es el sirviente eterno del Señor. De esta manera uno debe continuar en el sendero védico hasta llegar a casa, de regreso a Dios, para alcanzar la vida eterna de bienaventuranza y conocimiento.
Así terminan los significados de Su Santidad Hṛdayānanda dās Gosvāmi, discípulo iniciado de su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda, al Onceavo Canto, Capítulo vigésimo primero del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «El Señor Krishna explica el camino védico».
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