Śrīmad-Bhāgavatam
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videhas tān abhipretya
nārāyaṇa-parāyaṇān
prītaḥ sampūjayāṁ cakre
āsana-sthān yathārhataḥ

PALABRA POR PALABRA



TRADUCCION

El rey Videha [Nimi] comprendió que los nueve sabios eran devotos excelsos de la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, se lleno de alegría por su auspiciosa llegada, les ofreció un lugar adecuado para sentarse y los adoró de la manera apropiada, tal como uno adoraría a la Suprema Personalidad de Dios.

SIGNIFICADO

Aquí es significativa la palabra yathārhataḥ. Según Viśvanātha Cakravartī, la palabra yathārhataḥ significa yathocitam, «conforme a la etiqueta apropiada». Aquí se menciona claramente que los nava-yogendras son nārāyaṇa-parāyaṇa, devotos excelsos del Señor Supremo, Nārāyaṇa o Kṛṣṇa. Por lo tanto, la palabra yathārhataḥ indica que el rey adoró a los nueve sabios conforme a la etiqueta vaiṣṇava estándar. Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura expresa la etiqueta para adorar a los vaiṣṇavas excelsos con las palabras sākṣād-dharitvena samasta-śāstraiḥ: un vaiṣṇava excelso, al estar totalmente entregado a la voluntad del Señor Supremo, se considera un medio transparente para la voluntad del Señor. En el Caitanya-caritāmṛta se afirma que, incluso con relacionarse un momento con los devotos puros del Señor, se puede alcanzar la perfección total en la vida. Por lo tanto, como lo indica la palabra prītaḥ, el rey Nimi se sintió muy feliz por la auspiciosa llegada de los sabios, por lo tanto, los adoró tal como uno adoraría a la Suprema Personalidad de Dios.

Aunque los filósofos impersonalistas afirman que toda entidad viviente es igual a Dios, pasan por encima de sus supuestos maestros espirituales y especulan libremente sobre la naturaleza del Absoluto, dando sus propias opiniones caprichosas en desafío a los caprichos impersonales de sus supuestos gurus. En otras palabras, aunque los impersonalistas māyāvādīs afirman que todo el mundo es Dios, en última instancia muestran una mentalidad ofensiva hacia la Suprema Personalidad de Dios al rechazar la realidad de Su forma eterna y Sus pasatiempos. De ese modo, inconscientemente menosprecian la posición eterna de todos los seres vivientes al negar su personalidad eterna y sus actividades en el reino de Dios. Los impersonalistas, mediante sus invenciones mentales, tratan de minimizar la posición de la Suprema Personalidad de Dios y de las entidades vivientes que son parte de Él, reduciéndolas teóricamente a una luz sin forma y sin nombre, que mediante su invención afirman que es el Dios Absoluto. Sin embargo los vaiṣṇavas dan la bienvenida a la Suprema Personalidad de Dios y comprenden fácilmente que la ilimitada Personalidad Suprema no tiene nada que ver con las personalidades condicionadas, limitadas y mundanas que encontramos en el mundo material. Los impersonalistas suponen arrogantemente que no puede existir ninguna personalidad trascendental o ilimitada más allá de nuestra experiencia actual. Pero los vaiṣṇavas entienden inteligentemente que hay muchas cosas maravillosas que están mucho más allá de nuestra limitada experiencia. Por lo tanto, aceptan las palabras de Kṛṣṇa, quien afirma en el Bhagavad-gītā (15.19):

yo mām evam asammūḍho
jānāti puruṣottamam
sa sarva-vid bhajati māṁ
sarva-bhāvena bhārata


«¡oh, hijo de Bharata! quienquiera que Me conoce como la Suprema Personalidad de Dios, sin dudar, es el conocedor de todo, por lo tanto, se dedica al servicio devocional completo».



En relación con esto, Śrīla Prabhupāda afirma:

«Hay muchas especulaciones filosóficas acerca de la posición constitucional de las entidades vivientes y de la Suprema Verdad Absoluta. Ahora bien, en este verso, la Suprema Personalidad de Dios explica claramente que todo aquel que reconoce al Señor Kṛṣṇa como la Persona Suprema, es en realidad el conocedor de todo. El conocedor imperfecto se limita a especular acerca de la Verdad Absoluta, pero el conocedor perfecto, sin perder su valioso tiempo, se dedica directamente al proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa, el servicio devocional del Señor Supremo... No se trata de que uno simplemente deba especular académicamente. Uno debe escuchar sumisamente del Bhagavad-gītā que estas entidades vivientes siempre están subordinadas a la Suprema Personalidad de Dios. Todo aquel que sea capaz de entender esto, según la Suprema Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, conoce el propósito de los Vedas; nadie más lo conoce».



Por lo tanto, los devotos exaltados como los nueve Yogendras siempre aceptan la supremacía de la Suprema Personalidad de Dios, como se expresa aquí mediante la palabra nārāyaṇa-parāyaṇān.

El rey Nimi era un vaiṣṇava, por lo tanto, adoraba a los grandes sabios con el mismo respeto con el que adoraría a la Suprema Personalidad de Dios, tal como lo demuestra la palabra yathārhataḥ. Aunque los impersonalistas afirman falsamente que toda entidad viviente es igual a Dios, no pueden respetar debidamente a ningún ser viviente, debido a su ofensa original a los pies de loto de la Suprema Personalidad. Su supuesta adoración, incluso la de sus propios gurus, es en última instancia egoísta y oportunista. Cuando un impersonalista imagina que se ha vuelto Dios, ya no necesita a su supuesto guru. Sin embargo, el vaiṣṇava, debido a que acepta la supremacía de la eterna Personalidad de Dios, está dispuesto a ofrecer respeto eterno a todos los seres vivientes, especialmente a los seres vivientes más afortunados que alcanzaron el refugio de los pies de loto del Señor. La adoración que el vaiṣṇava le hace al representante del Señor no es egoísta ni oportunista, sino que es una expresión de amor eterno por el Señor y Sus representantes, así como lo indica aquí la palabra prītaḥ. Por lo tanto, este verso deja claro que no sólo los nueve excelsos hijos de Ṛṣabhadeva, sino también el propio rey Nimi, eran todos grandes devotos de la Suprema Personalidad de Dios, desafiando el concepto artificial y limitado del impersonalismo.

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