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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 11, Historia general >> << 2 - Mahārāja Nimi se encuentra con los nueve Yogendras >> <<VERSO 22 >>
ta ete bhagavad-rūpaṁ viśvaṁ sad-asad-ātmakam ātmano ’vyatirekeṇa paśyanto vyacaran mahīm
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | Estos sabios vagaron por la Tierra viendo el universo entero, con todos sus objetos burdos y sutiles, como una manifestación del Señor Supremo y como no diferente del ser.
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SIGNIFICADO
 | Según Śrīla Śrīdhara Svāmī, en este verso y en el siguiente se demuestra claramente que los nueve hijos santos de Ṛṣabhadeva, conocidos como los nava-yogendras, se encontraban en la etapa más elevada de la perfección espiritual, denominada pāramahaṁsya-caritam o «habiendo desarrollado plenamente el carácter de paramahaṁsas». En otras palabras, eran devotos puros del Señor. Según Śrīdhara Svāmī y Jīva Gosvāmī, las palabras ātmano ’vyatirekeṇa indican que los nueve sabios consideraban que el universo no era diferente de ellos mismos, así como tampoco diferente del Alma Suprema, el Señor Kṛṣṇa. Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura adicionalmente comentó: ātmanaḥ paramātmanaḥ sakāśād avyatirekeṇa, viśvasya tac-chakti-mayatvād iti bhāvaḥ: «Ātmanaḥ indica la Superalma. Este universo no es diferente de la Suprema Personalidad de Dios, Paramātmā, ya que el universo entero está compuesto de Su energía».
|  | Aunque aquí se afirma que la manifestación cósmica no es diferente tanto de la entidad viviente como de la Suprema Personalidad de Dios, no se debe pensar que ni la entidad viviente ni el Señor Supremo son materiales. Un aforismo védico afirma: asaṅgo hy ayaṁ puruṣaḥ: «La entidad viviente y la Suprema Personalidad de Dios no tienen nada que ver con el mundo material». Además, el Bhagavad-gītā dice que el universo entero, que consta de ocho elementos burdos y sutiles, constituye la bhinnā prakṛti o aparā prakṛti —la energía inferior separada— de la Suprema Personalidad de Dios. El Señor Kṛṣṇa afirma claramente en el Bhagavad-gītā que Él establece eternamente Su propia morada en el reino de Dios, donde la vida es eterna, plena de bienaventuranza y conocimiento y que la entidad viviente, al ser parte integral de Dios, también es eterna (mamaivāṁśo jīva-loke jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ). Además, una vez que llega a esa morada eterna del Señor, la entidad viviente nunca regresa a esta manifestación temporal (yaṁ prāpya na nivartante tad dhāma paramaṁ mama).
|  | Por lo tanto, se podría preguntar por qué se afirma que la entidad viviente y el Señor Supremo no son diferentes del universo material. Śrīla Nārada Muni responde muy bien a esta pregunta en el Primer Canto del Śrīmad-Bhāgavatam (1.5.20): Idaṁ hi viśvaṁ bhagavān ivetaro yato jagat-sthāna-nirodha-sambhavāḥ: «El Señor Supremo, Personalidad de Dios, es Él mismo este cosmos, aun así está apartado de él. Esta manifestación cósmica solo ha emanado de Él, en Él reposa, y en Él entra después de la aniquilación». Al comentar la declaración de Nārada, Śrīla Prabhupāda explicó muy bien este delicado punto filosófico: «Para un devoto puro, la concepción de Mukunda, el Señor Śrī Kṛṣṇa, es tanto personal como impersonal. La situación cósmica impersonal también es Mukunda, porque es la emanación de la energía de Mukunda. Por ejemplo, un árbol es una unidad completa, mientras que las hojas y las ramas del árbol son partes integrales emanadas del árbol. Las hojas y las ramas del árbol también son el árbol, pero el árbol en sí no es ni las hojas ni las ramas. La versión védica de que toda la creación cósmica no es nada más que Brahman significa que, como todo emana del Brahman Supremo, nada está separado de Él. De manera similar, las manos y las piernas, que son partes integrales, se denominan cuerpo, pero el cuerpo, como unidad total, no es ni las manos ni las piernas. El Señor es la forma trascendental de la eternidad, la cognición y la belleza. Y así la creación de la energía del Señor parece ser parcialmente eterna, llena de conocimiento y hermosa también...
|  | Según la versión védica, el Señor naturalmente es plenamente poderoso, por lo tanto, Sus energías supremas son siempre perfectas e idénticas a Él. Tanto el cielo espiritual como el material y sus parafernalias son emanaciones de las energías internas y externas del Señor. La energía externa es comparativamente inferior, mientras que la potencia interna es superior. La energía superior es fuerza viviente, por lo tanto, es completamente idéntica [al Señor], pero la energía externa, al ser inerte, es parcialmente idéntica. Ambas energías no son ni iguales ni mayores que el Señor, quien es el generador de todas las energías; dichas energías están siempre bajo Su control, exactamente como la energía eléctrica, por poderosa que sea, está siempre bajo el control del ingeniero.
|  | El ser humano y todos los demás seres vivos son productos de Sus energías internas. Así pues, el ser vivo también es idéntico al Señor, pero nunca es igual ni superior a la Personalidad de Dios».
|  | Aquí Śrīla Prabhupāda explica claramente que tanto la manifestación cósmica como las entidades vivientes son emanaciones del Señor Supremo, como se confirma tanto en el Vedānta-sutra como en la declaración inicial del Śrīmad-Bhāgavatam. Janmādy asya yataḥ: «La Verdad Absoluta es aquello de lo que todo emana». De manera similar, el Īśopaniṣad afirma:
|  | om pūrṇam adaḥ pūrṇam idaṁ
pūrṇāt pūrṇam udacyate
pūrṇasya pūrṇam ādāya
pūrṇam evāvaśiṣyate
|  | El Señor Supremo, la Verdad Absoluta, es pūrṇa, completo en Sí Mismo. Como este mundo cósmico es una manifestación de Su potencia, también parece ser pūrṇa. En otras palabras, como este mundo material es una emanación del Señor Supremo, no es diferente de Él, exactamente como los rayos del Sol no son diferentes del globo solar, que es la fuente de su emanación. De manera similar, los seres vivientes, que son expansiones de la energía superior o consciente del Señor Supremo, tampoco son diferentes de Kṛṣṇa, aunque esta no diferencia es cualitativa y no cuantitativa. El oro que se encuentra en adornos de oro tales como anillos y brazaletes es cualitativamente idéntico al oro de una mina, pero el oro de la mina es cuantitativamente muy superior a la diminuta cantidad de oro que hay en un brazalete o anillo. De manera similar, aunque cualitativamente somos uno con Dios, al ser emanaciones espirituales de Su potencia ilimitada, cuantitativamente somos infinitesimales y eternamente subordinados a Su poder supremo. Por lo tanto, al Señor se le llama vibhu, o infinitamente potente, nosotros somos aṇu, o infinitesimales y dependientes. Esto se confirma en la literatura védica con la afirmación nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām/ eko bahūnāṁ yo vidadhāti kāmān (Kaṭha Upaniṣad 2.2.13). Hay innumerables entidades vivientes eternas que dependen eterna y totalmente de la entidad viviente suprema y singular, el Señor Supremo. Esa dependencia no es una ilusión creada por la existencia material, como afirman los filósofos impersonalistas, sino que es una relación eterna en la que el Señor es eternamente superior y nosotros somos eternamente inferiores. El Señor es eternamente independiente y nosotros somos eternamente dependientes. El Señor es eternamente absoluto en Sí mismo y nosotros somos eternamente relativos a Su personalidad suprema.
|  | Aunque el Señor es infinitamente más grande que cualquier otro ser viviente o que todos ellos juntos, cada ser viviente es cualitativamente no diferente del Señor, porque todos los seres vivientes son partes integrales que emanan de Él (mamaivāṁśo jīva-loke jīva-bhūtaḥ sanātanaḥ). Por lo tanto, en cierto sentido, la entidad viviente tampoco es diferente de la manifestación cósmica material, que es una energía hermana inferior del Señor. Tanto la entidad viviente como la naturaleza material son prakṛti, expansiones femeninas dependientes del puruṣa supremo. La diferencia es que la entidad viviente es la energía superior del Señor, porque la entidad viviente es consciente y eterna como el Señor, mientras que la energía material es la energía inferior del Señor, carente de conciencia y de forma eterna.
|  | Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura recalca a este respecto que la substancia absoluta es una y se denomina Paramātmā, o la Superalma. Cuando uno alcanza tan solo una visión parcial de Paramātmā, su comprensión de la vida se denomina ātma-darśana o autorrealización. Cuando falta incluso esta comprensión parcial, su condición existencial se denomina anātma-darśana o ignorancia del ser. En el estado de comprensión parcial de la Superalma, sin reconocer la diferencia que existe entre Paramātmā y el alma individual, la entidad viviente tiende a envanecerse por su logro espiritual, a dejarse llevar por la invención mental y a considerarse igual a Dios en todos los aspectos. Por otra parte, la entidad viviente que se encuentra en anātma-darśana o la ignorancia material, siente que es completamente diferente del Señor Supremo; como en este mundo material todos están interesados en sí mismos, la entidad viviente se olvida de Dios, pensando que Dios es completamente diferente de ella y que, por lo tanto, no hay una relación substancial entre ella y Dios. De esa manera, los trascendentalistas impersonales enfatizan únicamente la unidad entre Dios y la entidad viviente, mientras que los materialistas ordinarios enfatizan demasiado la diferencia entre Dios y la entidad viviente. Pero Caitanya Mahāprabhu reveló claramente que la Verdad Suprema es unidad y diferencia simultáneas (acintya-bhedābheda-tattva). En realidad, somos eternamente diferentes de Dios. Como la entidad viviente y Dios son entidades individuales eternamente separadas, existe la posibilidad de una relación eterna. Como cada entidad viviente es cualitativamente una con el Señor Supremo, esa relación constituye la esencia de la realidad suprema para cada ser viviente. Como se afirma en el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 20.108): jīvera ‘svarūpa’ haya — kṛṣṇera ‘nitya-dāsa’. La identidad esencial última de cada entidad viviente es su relación con el Señor Supremo como servidor del Señor.
|  | Si uno puede entender que es un sirviente eterno de la Suprema Personalidad de Dios, puede entender correctamente que tanto la entidad viviente como el universo material son idénticos a Kṛṣṇa, pues son emanaciones de Él y que, por lo tanto no son diferentes entre sí. Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī afirma: «El mundo material es una manifestación de la diferencia y la no diferencia simultáneas y es una forma del Señor Supremo. Así pues, el mundo material temporal, perecedero y siempre cambiante, es diferente de Vaikuṇṭha, el mundo eterno».
|  | Cabe señalar que en este verso la palabra sad-asad-ātmakam, «compuesto de objetos burdos y sutiles», no se refiere a objetos materiales y espirituales. Se afirma que este universo está compuesto de sat y asat, objetos materiales burdos y sutiles. Según Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī: «El estado muy sutil dentro del mundo manifiesto se conoce como ‘lo no manifiesto’, el reino más allá del mundo manifiesto se llama ‘trascendental’. Dentro de las coberturas que rodean lo manifiesto, en la región del factor tiempo, está la fase de la existencia material experimentada por las deidades controladoras; en esta fase existen las dos funciones: causa (asat) y efecto (sat). En el universo, que es un tercer tattva, realidad (aparte de sat y asat y que contiene tanto a sat como a asat), que es una forma del Señor Supremo, es imposible producir ninguna contradicción con la Verdad Absoluta no dual». En otras palabras, aunque los científicos materialistas e ignorantes pueden investigar con celo para encontrar un principio material que pueda negar o hacer innecesaria la existencia de Dios, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī afirma claramente que, puesto que el universo es una emanación del Señor y por lo tanto, espiritualmente idéntico a Él, no puede existir en ningún lugar del universo una ley, principio o fenómeno material que de alguna manera contradiga la supremacía de la Personalidad de Dios. De hecho, el universo entero, junto con el cielo espiritual, existe como testimonio eterno de la gloria ilimitada de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa. Con este entendimiento, los nueve Yogendras viajaban por la Tierra llenos de bienaventuranza trascendental.
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