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Śrīmad-Bhāgavatam << Canto 11, Historia general >> << 19 - La perfección del conocimiento espiritual >> <<VERSO 36-39 >>
śamo man-niṣṭhatā buddher dama indriya-saṁyamaḥ titikṣā duḥkha-sammarṣo jihvopastha-jayo dhṛtiḥ daṇḍa-nyāsaḥ paraṁ dānaṁ kāma-tyāgas tapaḥ smṛtam svabhāva-vijayaḥ śauryaṁ satyaṁ ca sama-darśanam anyac ca sunṛtā vāṇī kavibhiḥ parikīrtitā karmasv asaṅgamaḥ śaucaṁ tyāgaḥ sannyāsa ucyate dharma iṣṭaṁ dhanaṁ nṝṇāṁ yajño ’haṁ bhagavattamaḥ dakṣiṇā jñāna-sandeśaḥ prāṇāyāmaḥ paraṁ balam
PALABRA POR PALABRA
TRADUCCION
 | El equilibrio mental consiste en absorber la inteligencia en Mí, el autocontrol consiste en la disciplina completa de los sentidos. La tolerancia consiste en soportar con paciencia la infelicidad, la firmeza se alcanza cuando se conquista la lengua y los genitales. La mayor caridad consiste en abandonar toda agresión hacia los demás, se entiende que la renuncia a la lujuria es la verdadera austeridad. El verdadero heroísmo consiste en conquistar la tendencia natural de disfrutar de la vida material, la realidad consiste en ver a la Suprema Personalidad de Dios en todas partes. La veracidad consiste en decir la verdad de una manera agradable, como declaran los grandes sabios. La limpieza consiste en el desapego en las actividades fruitivas, mientras que la renunciación es la orden de vida de sannyāsa. La verdadera riqueza deseable para los seres humanos es la religiosidad; Yo, la Suprema Personalidad de Dios, soy el sacrificio. La remuneración religiosa consiste en la devoción al ācārya con el propósito de adquirir instrucción espiritual, la mayor fortaleza consiste en el sistema prāṇāyāma de control de la respiración.
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SIGNIFICADO
 | El Señor Kṛṣṇa describe aquí aquellas cualidades que son deseables para las personas que están progresando en la vida humana. Śama, «equilibrio mental», significa fijar la inteligencia en el Señor Kṛṣṇa. La mera paz sin Conciencia de Kṛṣṇa es un estado mental embotado e inútil. Dama, «disciplina», en primer lugar sifnifica controlar los propios sentidos. Si uno quiere disciplinar a sus hijos, discípulos o seguidores sin controlar los propios sentidos, se convierte en un mero hazmerreír. Tolerancia significa soportar con paciencia la infelicidad, como la provocada por los insultos o la negligencia de los demás. En ocasiones también hay que aceptar inconvenientes materiales para cumplir los mandatos de las Escrituras, esa infelicidad también se debe soportar con paciencia. Si uno no es tolerante con los insultos y el abuso de los demás, ni tolera los inconvenientes que puedan surgir de seguir las escrituras religiosas autorizadas, es simplemente una tontería hacer una exhibición caprichosa de tolerar el calor, el frío, el dolor extremo, etc., sólo para impresionar a los demás. En cuanto a la firmeza, si uno no controla la lengua y los genitales, entonces cualquier otra firmeza es inútil. La verdadera caridad significa renunciar a toda agresión hacia los demás. Si uno da dinero a causas caritativas pero al mismo tiempo se involucra en empresas comerciales explotadoras o tácticas políticas abusivas, su caridad no vale nada en absoluto. La austeridad significa renunciar a la lujuria, a la complacencia de los sentidos y observar los votos prescritos como el Ekādaśī; no significa inventar métodos caprichosos de torturar al cuerpo material. El verdadero heroísmo es conquistar la propia naturaleza inferior. Por supuesto que a todos nos gusta propagar nuestra fama como personas brillantes, pero también estamos sujetos a la lujuria, la ira, la codicia, etc. Por lo tanto, si uno puede vencer estas características inferiores generadas por la modalidad de la pasión y de la ignorancia, será un héroe mayor que aquellos que simplemente destruyen a sus oponentes políticos mediante la intriga y la violencia.
|  | Uno puede desarrollar una visión de igualdad abandonando los celos, la envidia y reconociendo la existencia del alma dentro de cada cuerpo material. Esta actitud complace al Señor Supremo, quien después se revela, consolidando para siempre nuestra visión de igualdad. La mera descripción de las cosas que existen no constituye la última palabra en la percepción de la realidad. Uno también debe ver la verdadera igualdad espiritual de todas las entidades vivientes y todas las situaciones. La veracidad significa que uno debe hablar de una manera agradable para que haya un efecto beneficioso. Si uno se apega a señalar las faltas de los demás en nombre de la verdad, entonces esa crítica no será apreciada por las personas santas. El maestro espiritual genuino habla la verdad de tal manera que la gente pueda elevarse al plano espiritual, uno debe aprender este arte de la veracidad. Si uno está apegado a las cosas materiales, se entiende que su cuerpo y mente están siempre contaminados. Por lo tanto, la limpieza significa abandonar el apego material, no es simplemente enjuagarse la piel con agua con frecuencia. La verdadera renuncia consiste en abandonar el falso sentido de propiedad sobre los parientes y la esposa; no sólo regalar objetos materiales, mientras que la verdadera riqueza consiste en ser religioso. El sacrificio es la propia Personalidad de Dios, porque, para tener éxito, el ejecutante del sacrificio debe absorber su conciencia en la Personalidad de Dios, no en las recompensas materiales temporales que puedan derivarse del sacrificio. La verdadera remuneración religiosa consiste en servir a las personas santas que puedan iluminarnos con conocimiento espiritual. Podemos ofrecer una remuneración a nuestro maestro espiritual, que nos iluminó, distribuyendo el mismo conocimiento a los demás, complaciendo así al ācārya. Por lo tanto la labor de prédica constituye la forma más elevada de remuneración. Mediante la ejecución del sistema prāṇāyāma del control de la respiración, así podremos dominar fácilmente la mente, aquel que puede controlar perfectamente de ese modo la mente inquieta es la persona más poderosa.
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